
Disparidad en la vacunación dificultará la reapertura de las fronteras con las islas ABC
Hasta ahora, según la OPS, Venezuela apenas supera el 40% de la población completamente vacunada, mientras que algunas antillas llegan a casi 80%
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la vacunación contra el COVID-19 en la cuenca del Caribe está signada por las desigualdades.
La última actualización de este organismo indica que Bonaire y Aruba figuran entre los diez países con las mayores tasas de su población totalmente inmunizada. El primero con 76,7 y el otro con 73,7 dosis por cada 100 habitantes. Curazao llega a 58,7, según las cifras obtenidas el 7 de enero.
Mientras tanto, Venezuela apenas supera las 40 vacunas por cada 100 habitantes, con lo cual figura en el último puesto del ranking suramericano.

Paradójicamente, el líder del régimen chavista, Nicolás Maduro, ha asegurado que 90% de la población del país ya ha completado el ciclo de inmunización, y que a partir de la primera semana de enero iniciaría el suministro de los refuerzos.
Según el ex ministro de Salud venezolano, José Félix Oletta, la información aportada por los voceros venezolanos, en especial Maduro, es “profundamente contradictoria” con respecto a los números emanados de una oficina técnica del Ministerio de Salud, que sirve de enlace con la OPS.
“La OPS no hace cálculos por su cuenta, sino que trabaja con los datos aportados por los distintos gobiernos”, explicó.
Hasta ahora, a pesar de lo declarado por Maduro, solo 11,6 millones de personas han completado el ciclo de vacunación contra el COVID-19. Otros 18,3 millones han recibido solo una dosis. Estos datos, correspondientes a la primera semana de 2022, fueron los mismos divulgados durante la última quincena del año pasado.
En forma simultánea, y desde el primero de noviembre, no existen restricciones a la circulación de personas en el territorio nacional.
Las autoridades venezolanas solo han permitido la vacunación con la china Sinovac, la rusa Sputnik V, y últimamente las cubanas Abdalá y Soberana. De este grupo, la marca más utilizada en las américas ha sido la Sputnik V (10 países), mientras que las vacunas cubanas solo son aceptadas en tres de los 51 países del área.
Proteger a la población
Según Oletta, ante esta situación de inequidad en los procesos de vacunación, los países vecinos de Venezuela aplicarán diversas medidas para resguardar a sus respectivas poblaciones.
En el caso de Aruba, Curazao y Bonaire, el exministro ve poco probable una reapertura de las fronteras en lo inmediato. No obstante, aclaró que la continuidad del cierre no es suficiente.
“Los procedimientos fronterizos disminuyen el riesgo de ingreso de personas contagiadas, pero no son barreras absolutas”, señaló.
Desde 2019, la frontera entre Venezuela y las islas ABC permanece cerrada por una decisión tomada por Nicolás Maduro tras el respaldo otorgado por los gobiernos de esas islas a la llegada de ayuda humanitaria, una iniciativa encabezada por Juan Guaidó. A esto se sumó en 2020 la cuarentena implantada para contrarrestar la pandemia por el COVID-19.
La reapertura de las fronteras ha sido solicitada desde sectores del comercio y el turismo, tanto en Venezuela como en las islas. Oletta, sin embargo, cree que la deficiencia en la vacunación, así como en la detección y el tratamiento de los casos de este virus, retardará la vuelta a la normalidad en las relaciones.
Indicó que en Venezuela la investigación sobre el genoma de los virus es “insuficiente”, mientras que en las antillas abarca casi todos los casos reportados. En términos prácticos, esto transmite una imagen de descontrol que obra contra el levantamiento de las restricciones a la circulación entre el país suramericano y las islas del Caribe.
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