Sint Maarten y el Reino de los Países Bajos no logran acercar posiciones para desbloquear la ayuda por el COVID-19
La primera ministra de la isla calificó de “nada fructífera” la reunión que la semana pasada mantuvo con el ministro neerlandés del Interior
En el banco. Allí se encuentran los 39 millones de gilders (18 millones de euros) que el Reino de los Países Bajos tenía previsto enviarle a Sint Maarten, como ayuda para reconstruir su economía tras la pandemia del COVID-19. Y allí parece que seguirán por un buen tiempo, porque ambos gobiernos han sido incapaces de superar sus diferencias en relación las condiciones que conlleva este auxilio.
Así lo dejó en claro la primera ministra de la isla, Silveira Jacobs, quien calificó de “nada fructífera” la reunión que el miércoles 19 de mayo sostuvo con el ministro neerlandés de Interior y Relaciones del Reino, Raymond Knops, durante la visita que dispensó al territorio caribeño.
“Viendo que el secretario de Estado mencionó que buscaría claridad sobre lo que estaba haciendo el gobierno (de Sint Maarten) para abordar los problemas de la gestión y administración del aeropuerto (Princesa Juliana), acepté asistir a esa reunión. ¿Fue fructífera? En mi opinión, no”, declaró la mandataria durante una comparecencia ante el Parlamento de Philipsburg.
Se multiplican los problemas
Jacobs dejó en claro que el encuentro con Knops solo sirvió para confirmar que la brecha entre ambas partes no hace más que crecer. “Él (por Knops) dijo que llevaría el asunto del quinto tramo de la ayuda al Consejo de Ministros esta semana, pero yo le dije que no hacía falta porque el Consejo ya había aprobado esos recursos. Él dice que no, por lo que el impasse se mantiene”, explicó.
En abril, La Haya dio el visto bueno al quinto tramo de la ayuda para Sint Maarten, una vez que la administración de Jacobs y el Parlamento de la isla cedieron y se mostraron dispuestos a aceptar la creación de un organismo que se encargue de ejecutar las reformas legales, fiscales y económicas que desde la otrora metrópolis exigen a sus territorios caribeños a cambio de los fondos.
Sin embargo, en las últimas semanas Knops ha sacado a colación otro asunto: El aeropuerto de la isla, una de las principales fuentes de empleo e ingresos. Así ha exigido al gobierno de Sint Maarten garantías de que las obras de remodelación que se ejecutan en la terminal, el cual sufrió daños por el huracán Irma en 2017, se realizarán de acuerdo a lo previsto.
La mandataria insistió en rechazar esta condición “sobrevenida”, aunque se mostró dispuesta a poner en la mesa de discusión la situación del aeródromo, pero para futuras inyecciones de recursos, no para esta “que ya está aprobada”.
Pero como si lo anterior no fuera suficiente, Jacobs reveló que Knops le transmitió que estaba molesto por la carta que le envió al primer ministro neerlandés Mark Rutte a principios de mes y en la que le pedía que interviniera.
Todo o nada
Por su parte, Knops, en una entrevista a la prensa local, indicó que este viernes el Consejo de Ministros volverá a tocar el tema de la ayuda para Sint Maarten, pero advirtió que si las autoridades no presentan un plan creíble para resolver las demoras en la reconstrucción del aeropuerto los recursos seguirán congelados.
“Queremos ver un plan (…) Con base en eso, consideraremos si se seguirá proporcionando ese apoyo de liquidez”, dijo, al tiempo que agregó: “Todo tiene que ver con el buen gobierno. Los Países Bajos envían dinero de los impuestos de los neerlandeses para ayudar a Sint Maarten. Ese dinero debe gastarse bien”.
Y en una declaración que amenaza con agriar a un más las relaciones, el ministro puso en duda la autonomía del territorio. “El meollo del problema es que Sint Maarten es un país autónomo. Pero de facto ya no son autónomos, porque ahora dependen de los Países Bajos”.
Piden un plan B
Pero Jacobs no solo enfrenta las exigencias de La Haya sino las internas. Así la opositora Grisha Heylinger-Marten la ha instado a prepararse para la eventual negativa del gobierno de Rutte de liberar los fondos prometidos y le ha pedido que contacte al nuevo gobierno de Curazao para empaparse sobre el “plan B” que ellos han desarrollado.
“Un plan alternativo, si es factible, le dará al gobierno de Sint Maarten la flexibilidad necesaria para continuar satisfaciendo las necesidades urgentes de su gente, mientras continúa las negociaciones con Holanda”, se lee en la misiva que la parlamentaria le envió a la mandataria.
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