“Creemos que el Reino de los Países Bajos quiere recolonizar a Sint Maarten”
La segunda vicepresidenta del Parlamento de la isla caribeña, Grisha Heyliger-Marten, solicita ser tratados como “socios igualitarios” y sostiene que las relaciones con La Haya solo podrán recomponerse por medio de la intervención de Naciones Unidas
La pandemia del covid19 no solo ha acabado con millones de vidas y cientos de millones de empleos en el mundo, sino que está provocando tensiones políticas y sacando a relucir demandas en algunos estados que parecían adormecidas.
Así es el caso de Sint Maarten, cuyo Parlamento decidió denunciar ante Naciones Unidas al Reino de los Países Bajos, del cual forma parte, por considerar que las condiciones que impone a cambio de ayuda financiera para superar los efectos económicos de la pandemia son “racistas” y “neocoloniales”.
La diputada Grisha Heyliger-Marten, dirigente del Partido de la Unidad Popular (UPP), la segunda formación de la isla, fue la impulsora de la decisión de acudir ante la Relatoría de la ONU sobre Racismo, Discriminación y Xenofobia. La también segunda vicepresidenta del Parlamento de Sint Maarten conversó con Crónicas del Caribe sobre la medida, la cual ha agriado las relaciones con La Haya.
-¿Por qué el Parlamento siente que el Reino de los Países Bajos ha sido “racista” con Sint Maarten?
-Esto tiene su origen en el apoyo financiero que necesitamos para enfrentar las consecuencias del covid19. Sint Maarten está en confinamiento desde marzo de 2020 y como nuestro pilar económico es el turismo y no tenemos turistas, pues necesitamos apoyo. Años atrás Sint Maarten se convirtió en un país autónomo dentro del Reino, pero los acuerdos para llegar a ese proceso de descolonización le dan a los Países Bajos mucha influencia en nuestros asuntos internos. Uno de los acuerdos establece que si necesitamos ayuda financiera no podemos ir al mercado, sino que debemos ir al Reino.
Nuestra autonomía comenzó con el pie izquierdo desde el punto de vista financiero. Pero nos iba tan bien en turismo que eso no importó hasta que en 2017 el huracán Irma nos golpeó y, por ello, tuvimos que pedir dinero al gobierno neerlandés, pero La Haya nos puso condiciones. Exigieron poder supervisar el puerto y el aeropuerto, a cambio de una línea de crédito que vendría del Banco Mundial y de la cual apenas hemos podido gastar un tercio. Y ahora nos han puesto más condiciones.
-¿Pero es normal que un acreedor ponga condiciones a quien le pide dinero o no?
-Claro, no estamos en contra de las condiciones per sé, sino de estas condiciones en particular.
-¿Cuáles son esas condiciones?
-Nos pidieron elevar la edad de jubilación y no tuvimos problema en aceptar eso, porque ya pensábamos hacerlo. La segunda fue recortar salarios de los funcionarios públicos en medio de esta crisis y eso desató un infierno en la isla. ¿Por qué Aruba, Curazao y Sint Maarten, cuyos ciudadanos tienen pasaporte de los Países Bajos, deben recortarse el salario y no los del resto del Reino?
El Gobernador, el Fiscal y todos los jueces de Sint Maarten son funcionarios neerlandeses y ellos cobran por La Haya, pero no tienen que recortarse el salario. Y, por último, nos plantearon crear una entidad para ejecutar las reformas laboral y tributaria, la cual será controlada por La Haya. Aquí fue cuando todo se tornó caótico.
-¿El gobierno neerlandés quiere que ustedes les acepten un organismo que ejecute y supervise las reformas en el Caribe, en el cual no tendrán voz ni voto?
-Sí, por eso dijimos: Mejor nos vamos a nuestra casa, porque ellos van a tomar el control (…) Nuestro primer ministro trató de negociar, pero la respuesta de La Haya fue: Tómenlo o déjenlo. Por eso en noviembre el Parlamento decidió terminar el proceso de descolonización y pedir a las Naciones Unidas que investigue si el Reino de los Países Bajos nos está discriminando (…) Si otro huracán, virus o terremoto nos golpea no podemos acudir al Reino en estas condiciones de vulnerabilidad. Queremos respeto, porque creemos que esto es neocolonialismo, que quieren recolonizar nuestro país.
-¿Ustedes van a acudir a la ONU para pedir la descolonización total?
-Estamos pensándolo.
-¿Eso quiere decir que están pensando en independizarse completamente?
-No, no estamos proponiendo celebrar un referendo para pedir la independencia. Lo que estamos pidiendo es que los acuerdos que nos dieron la autonomía en el años 2010 sean renegociados, porque no son justos. No estamos diciendo que nos queremos ir del Reino, lo que les decimos es que queremos que nos dejen construir nuestra institucionalidad y nuestra economía.
-¿No teme que la respuesta de La Haya sea simplemente no darles dinero?
-No sería justo, porque nos estarían chantajeando (…) Si lo hacen estarían corroborando todo lo que estamos denunciando en nuestra queja (…) Esta es una lucha por la democracia, por la igualdad y por nuestra autonomía dentro del Reino. Si vamos a ser socios, pues me tienes que ver como par y tratarme de esa forma.
-¿Hay posibilidades de reparar esta relación con los Países Bajos?
-Para mí solo un con mediador de la ONU. Estamos cansados de perdirle a La Haya que cambie. Es la primera vez en la historia de esta pequeña isla que le pedimos a la ONU que intervenga y están muy molestos, porque los hemos avergonzado internacionalmente.
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