
Aruba pretende mitigar la inflación a través del comercio con Venezuela
El gobierno de la primera ministra Wever-Croes maneja un plan de reapertura de las fronteras por fases, que pone énfasis en el traslado de mercancías
El gobierno de Aruba se plantea en 2023 una reapertura por fases de las fronteras marítima y aérea con Venezuela, con énfasis en el incremento del intercambio comercial.
Así lo afirmó la primera ministra de la isla, Evelyn Wever-Croes, con motivo de la presentación de su informe de gestión, correspondiente al año recién finalizado. El documento, también llamado “relato-país”, fue entregado el 22 de marzo.
El 16 de febrero, el gabinete de Wever-Croes anunció que la reanudación del tránsito de personas y mercancías está pautada para el 1 de mayo. Esta declaración fue secundada en los mismos términos por el canciller venezolano Yván Gil.

Para el gobierno de la isla, esto tiene una razón netamente pragmática, explicada en el informe recientemente presentado: “La reapertura de la frontera marítima con Venezuela se considera positiva principalmente en el área comercial. Como resultado de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, ha surgido una inflación global que también ha afectado gravemente a Aruba. Con la reapertura de la frontera marítima para el comercio con Venezuela, el gobierno pretende mitigar dicha inflación”.
Según el Buró Central de Estadísticas de esa antilla, la inflación acumulada entre enero de 2022 y el mismo mes de este año ha sido de 6,6%. En los sectores de energía y alimentos, el alza ha sido de 15,1% y 11,1%, respectivamente. Del lado venezolano, se ha reconocido un incremento general de los precios de 234%.

Las exportaciones hacia la isla se centrarían en los productos agrícolas, y darían la posibilidad de acceso a divisas, según lo explicado por el primer vicepresidente de Fedecámaras, Adán Celis.
Contener la inmigración
El acercamiento a Venezuela también tiene desventajas. Según Wever-Croes, Aruba es el país más impactado por la diáspora venezolana, en términos relativos.
En su “relato-país”, la funcionaria precisó que en esa isla permanecen unos 16 mil venezolanos en situación irregular, equivalentes al 15% de la población general.
En la post pandemia, las preocupaciones por la migración ilegal no se han reducido en Aruba. El gobierno sostiene que este problema incide negativamente sobre la prestación de servicios de salud, educación, resta plazas de trabajo y congestiona los tribunales.

“En 2023, se prestará más atención a la lucha contra la residencia ilegal para reducir el riesgo de «sobreestancia». Son personas que ingresan a Aruba tanto legal como ilegalmente”, anunció.
En 2022, se incrementaron los desembarcos de emigrantes ilegales y drogas. La Guardia Costera ha intensificado su actividad. Para afrontar los desafíos de la reapertura fronteriza con Venezuela, Wever-Croes ha solicitado la cooperación de autoridades neerlandesas y estadounidenses.
Se espera, además, finalizar un plan de consolidación institucional, iniciado en 2019, que implica un desembolso de 5,66 millones de euros. Buena parte de estos fondos va al reforzamiento de los mecanismos de contención al flujo ilegal de migrantes.

El informe presentado por la primera ministra arubeña sugiere que el requisito de visado para los viajeros venezolanos se mantendrá en el futuro inmediato. En 2022 fueron introducidas 1.722 solicitudes, pero solo fueron concedidas 733.
Según Wever-Croes, el requisito de la visa “ofrece más opciones de control”.
El gobierno de la antilla también aplicará políticas restrictivas en cuanto al otorgamiento de asilos. Entre 2015 y 2022 fueron elevadas al gobierno de la isla 4.107 peticiones, que abarcan a 5.250 personas. Wever-Croes indicó que en ese lapso solo prosperó el 1,1%. El resto fue calificado de “inadmisible o manifiestamente infundada”.
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