
80% de los marinos en La Vela de Coro sin documentos para zarpar a Curazao ante una posible reapertura de fronteras
Lo trabajadores del mar señalan que no cuentan con el dinero suficiente para realizar todos los trámites, que podrían alcanzar el costo de 600 euros
La espera de la reapertura de fronteras ha sido larga para los marinos ubicados en La Vela de Coro, estado Falcón, principal puerto de exportación de productos venezolanos hacia Curazao. Las condiciones actuales de la Plaza Antillana, el muelle pesquero y el paseo Francisco de Miranda, así como la diáspora de marinos y la inoperatividad de 33 embarcaciones reflejan el impacto del cierre que se decretó en febrero de 2019.
Desde entonces, los trabajadores marítimos venezolanos tratan de resistir los embates de la crisis económica. Ninguno de ellos ha podido emprender su propio negocio en la Venezuela dolarizada porque la economía veleña depende del intercambio comercial con Curazao. La pesca artesanal solo es suficiente para calmar el ruido que produce el hambre en sus estómagos.
Ante la posible reapertura de fronteras con las islas ABC (Aruba, Bonaire y Curazao), la oficina del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA), ubicado en La Vela, a cargo del capitán Luis Lopéz Canelón, inició un censo público dirigido a marinos de esta localidad, con el fin de construir una base de datos para evaluar si los trabajadores del mar están en condiciones de zarpar hacia aguas internacionales.
La jornada inició en el mes de diciembre del año 2022 y hasta el momento de cerrar esta nota solo se han censado 160 marinos. Los trabajadores del mar deberán renovar y actualizar sus documentos para obtener el permiso de zarpe, de cara a una reapertura de fronteras marítimas con las islas neerlandesas.

La tarifa de los trámites está fijadas en euros (EUR), según la tasa del Banco Central de Venezuela, por concepto de expedición, renovación, legalización y certificación de los documentos. Se necesitan hasta 600 euros para renovar todos los documentos a tiempo, a pesar del 30% de descuento dirigido a los marinos del puerto.
Según cifras oficiales, el 80% de los censados poseen los documentos vencidos, lo que impide que puedan embarcarse si las autoridades anuncian la reapertura para el primer trimestre del año 2023.
Para navegar se necesita como mínimo un documento llamado forma Q o cédula marina, que tiene un costo de 146 bolívares y un certificado de suficiencia (MODUS) valorado en 293,71 bolívares. Sin embargo, la certificación y renovación de otros documentos exigidos por las autoridades venezolanas, tiene un costo de 400 a 800 bolívares. Los precios varían cada semana, según la fluctuación de la tasa de cambio.
Para algunos es imposible actualizar y renovar sus documentos. Narran que no tienen ingresos para continuar con los trámites y asistir a los cursos de la Organización Marítima Internacional (OMI), requisito indispensable y que cuesta 623,38 bolívares.
No hay dinero para renovar documentos
“Todos los marinos tenemos los documentos vencidos, desde el pasaporte hasta los cursos OMI, el problema es que no tenemos trabajo y dinero (…) para renovar los cursos nos pidieron hasta 10 dólares y a cada marino les exigen hasta ocho cursos, a dónde está el dinero si no estamos trabajando”, contó Gregorio Goitía para Crónicas del Caribe.

Goitía, oriundo de La Vela con más de 20 años de experiencia en el mar, se dirige todos los días al muelle pesquero en busca de su sustento diario. Recuerda que mientras fue marino, viajó hacia Curazao por 12 años y con las ganancias de cada viaje su familia no estaba expuesta a la pobreza extrema. Según sus cálculos, necesita hasta 500 dólares para actualizar sus documentos, tomando en cuenta que en ocho meses vencen sus cursos OMI.
“Si abren las fronteras en el mes de febrero, aquí no se podrá viajar porque el 100% de los marinos tienen los documentos vencidos”, afirma el falconiano.
Me voy
Alisandro Barragán, de 52 años de edad, es natural de La Vela y desde hace quince años es capitán con experiencia en viajes para las islas de Aruba y Curazao. Considera que de abrirse las fronteras, las embarcaciones no contarán con el personal completo para zarpar por la falta de documentación actualizada, incluyendo el pasaporte venezolano.
“Si hay como diez trabajadores marinos con documentos actualizados y preparados, es mucho; al menos, yo tengo mis documentos activos, pero muchos de mis compañeros no. Cada barco transporta hasta ocho o diez marinos”, dijo para Crónicas del Caribe.
En los planes de Barragán está la posibilidad de abandonar el país para conducir el timón de una embarcación de carga con destino a la isla de Aruba desde Colombia, motivado por la falta de empleos en Falcón y las posibilidades de desarrollo. “Se trabaja más, pero se gana igual, el barco es de Punto Fijo pero navega para allá”. La embarcación traslada frutas y el viaje puede durar hasta un día.
Tom Reyes, de 45 años de edad y con nueve de experiencia en barcos frutales hacia Curazao, necesita renovar la forma administrativa Q y un curso OMI. Confiesa que no tiene los recursos para concluir el trámite.
Estima que la reapertura de la frontera normalizará la situación económica para los trabajadores del mar en las costas de Falcón. Coquetea con la idea de abandonar el país, sin embargo, tiene la esperanza de retomar su vida laboral en el mercado flotante de Curazao.
Exigen un permiso provisional
A pesar del visado que necesitan los venezolanos para ingresar a Curazao y el documento de extranjería, los marinos exigen acordar un permiso provisional emitido por la capitanía venezolana para zarpar dos veces por meses tras la reapertura de la frontera, con el fin de ahorrar el dinero exigido por las autoridades venezolanas para renovar y actualizar documentos.
En la actualidad, existen un total de 54 embarcaciones sin incluir los navíos de Tucacas y Las Piedras (Paraguaná). Solo 21 están operativas, otras necesitan reparaciones de motor y algunas pocas registran una pérdida total.
La Asociación Barquitos de Venezuela asegura que sí se podrán exportar productos venezolanos hacia el Caribe Neerlandés a pesar de las limitaciones.
Algunos empresarios agremiados en Fedecámaras, califican de compleja la reactivación comercial con las islas y un factor determinante es la diáspora de marinos.
Extraoficialmente se conoció, que la autoridad acuática de La Vela estaría gestionando la posibilidad de establecer un costo accesible para obtener el curso OMI y lograr la agilización de algunos documentos firmados por el presidente del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA), almirante Eladio Jiménez Rattia.
Comentarios de Facebook