¿El conflicto en Ucrania podría acelerar la reapertura de fronteras de Venezuela con el Caribe Neerlandés?
Se cumplieron tres años del cierre y las pérdidas económicas son cuantiosas para productores, exportadores, marinos y miles de familias
La invasión de Rusia a Ucrania y las presiones que el conflicto bélico ha generado en el sector energético mundial movieron a la administración de Joe Biden a retomar canales de comunicación con el sancionado gobierno de Nicolás Maduro, lo que podría también abrir otra ventana de oportunidad para concretar la reapertura de las frontera entre Venezuela y Aruba, Curazao y Bonaire.
Esta medida ha sido una exigencia permanente de los productores y exportadores de todas las naciones involucradas, así como también de los ciudadanos afectados por la disposición.
El cierre durante tres años de las fronteras y la paralización del comercio (que inició el 19 de febrero de 2019 tras disposición del gobierno de Nicolás Maduro tras el reconocimiento del Reino de los Países Bajos a la presidencia interina de Juan Guaidó) se han saldado con millonarias pérdidas.
Solamente en lo que respecta al rubro de frutas y hortalizas en La Vela de Coro, ciudad y puerto del estado occidental de Falcón que limita al norte y al este con el mar de las Antillas, se han dejado de comercializar alrededor de 26 millones de dólares por cada año de cierre, reveló en entrevista con Crónicas del Caribe Juan Gotopo, directivo de la Cámara de Comercio local.
Desde el puerto de Muaco de La Vela de Coro las exportaciones se dirigían mayoritariamente hacia Curazao, por su privilegiada ubicación a solo 50 millas náuticas. Desde Falcón también había relaciones comerciales antes del cierre de la frontera con Bonaire (desde Tucacas) y desde Paraguaná con la isla de Aruba.
“Se exportaban desde el Puerto de la Vela hacia las islas alimentos balanceados, pacas de heno, carbón, materiales de construcción, oxígeno y productos químicos, entre otros. Antes del cierre de las fronteras, la cámara tenía 400 comercios registrados. En los últimos meses, hemos hecho una conciliación con el ente recaudador del municipio Colina y las cifras que ellos manejan coinciden con las de la Cámara de Comercio. Ellos también tenían registrados 400 comercios y estamos hablando de que, al día de hoy, solo hay registrados 100 comercios aportando tributos al municipio. Podemos decir entonces que la merma de estos tres años de cierre de frontera ha sido de 75% en el área comercial”, abundó Gotopo.
El cierre de las fronteras no solo ha afectado a los empresarios y productores falconianos. La mayoría de los exportadores adquirían sus productos en los estados andinos de Venezuela (Mérida y Trujillo) y en entidades occidentales del país como Zulia, Portuguesa y Lara. “Esos productores agrícolas han dejado de percibir un ingreso cuantioso por el cierre de fronteras con las islas de los Países Bajos”, comenta el directivo de la Cámara de Comercio de La Vela.
Y como las exportaciones desde Venezuela hacia Aruba, Curazao y Bonaire no se limitaban solamente a frutas y hortalizas, sino que incluían carga seca (carbón, alimentos balanceados, utensilios de plástico, jabones fertilizantes, plantas, oxígeno, materiales de construcción y un sinfín de productos) el sector industrial, empresarial y comercial del central estado de Carabobo también ha sido golpeado.
Lo que podría precipitar la reapertura
No han sido secretas las conversaciones de alto nivel durante los últimos meses entre los cancilleres de Venezuela, Félix Plasencia, el primer ministro de Curazao, Gilmer Pisas, y el embajador de los Países Bajos en Venezuela, Robert Schuddeboom, sobre el tema de la reapertura. En algunos momentos, la decisión ha parecido inminente, pero situaciones políticas de diversa índole la han alejado.
“Una fecha específica (de reapertura de las fronteras) para dar no tenemos, es un tema que manejan en los altos niveles, pero las informaciones que conocemos nos hacen ser optimistas respecto a una próxima decisión”, reveló Gotopo.
Añadió que la embajada les había notificado que, para reabrir las fronteras, debe haber un acuerdo entre las autoridades de las tres islas (Aruba, Curazao y Bonaire), pero la última palabra la tendrían el canciller o secretario de Estado de los Países Bajos ya que, aunque son territorios autónomos en sus decisiones internas, la política exterior es manejada por el Reino.
El pasado 8 de marzo, la primera ministra de Aruba, Evelyn Wever-Croes, anunció que prolongarían el cierre fronterizo con Venezuela por otros tres meses, lo que mantiene la prohibición de vuelos de pasajeros, carga, correo y de aviación general hasta junio.
Sin embargo, dejó colar que se estaba estudiando la reapertura marítima comercial con Venezuela. Wever-Croes declaró luego que seguían de cerca la evolución de las conversaciones entre los gobiernos de Joe Biden y Nicolás Maduro y saludó la posibilidad de que ambos países normalicen su relación, lo que anticipó, sería una buena noticia tanto para Aruba como para “la paz de la región”.
Este 14 de marzo, medios locales reseñaron que Wever-Croes se reunió virtualmente con el ministro de Relaciones Exteriores de los Países Bajos, Wopke Hoekstra, en un encuentro en el que analizaron la situación geopolítica global, las repercusiones de la invasión rusa a Ucrania, las relaciones Venezuela-Rusia y el impacto de todos estos elementos de orden internacional en la isla.
“La primera ministra de Aruba compartió con Hoekstra toda la información que sustenta que cualquier cosa que cambie en Venezuela afectará la estabilidad de Aruba”, reseña el medio arubiense EaNews.
Gotopo, directivo de la Cámara de Comercio de la Vela de Coro y experto en gerencia financiera, comentó que, además de la invasión rusa a Ucrania, hay otros factores de orden político y económico en el contexto mundial que jugarían a favor de una pronta apertura de la frontera venezolana con las islas ABC.
Entre ellos, citó el aumento en los precios del petróleo como consecuencia del conflicto bélico en Ucrania, el encarecimiento de los productos y servicios en las islas ABC, el colapso en el despacho de contenedores en el Puerto de Curazao, los impuestos implementados a las agencias aduaneras para “agilizar” trámites, la escasez de contenedores, los aumentos en los fletes a nivel mundial y el reciente acercamiento de EEUU a Venezuela. En esas conversaciones se abordaron temas de “seguridad energética”, según reveló la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Amplió Gotopo que, de reactivarse la venta de petróleo a Estados Unidos, “muy probablemente Pdvsa renegocie el alquiler de activos petroleros en las islas ABC”.
Reapertura de frontera disminuiría zarpes ilegales
En los últimos años, los gobiernos de las islas vecinas, al igual que en el resto del continente, han tenido que lidiar con el éxodo masivo de venezolanos que han huido de la emergencia humanitaria compleja del país.
Miles de ellos se han arriesgado a salir a pie o en precarias condiciones por la vía marítima, a través de peligrosos zarpes ilegales. El objetivo ha sido procurarse la subsistencia que un país con un colapso político y una economía hiperinflacionaria les negaba.
Eli Quiñones, vicepresidente de la asociación civil “Barquitos Venezolanos de La Vela”, declaró a Crónicas del Caribe que la economía de La Vela ha resultado devastada en un 90% o 95% en tres años de cierre de fronteras. Más de 45 mil personas han resultado afectadas de forma directa o indirecta por la paralización de la actividad comercial con Curazao.
“Nuestras embarcaciones se deterioran poco a poco, nuestros dueños de embarcaciones están descapitalizados y nuestros marinos sin trabajo”, lamentó.
Quiñones narra que ha sufrido en carne propia las consecuencias de los zarpes ilegales, la vía de escape de cientos de venezolanos desesperados por su situación económica: “Hay muchas personas que han perdido la vida o han terminado desaparecidas, entre ellas, una cuñada, dos ahijados y cuatro vecinos”.
Los entrevistados para este trabajo aseguran que el cierre de fronteras exacerbó los traslados ilegales hacia Aruba, Curazao y Bonaire y confían en que, de producirse una pronta apertura de las fronteras, estos viajes ilegales disminuirían.
“De reactivarse este canal comercial entre La Vela-Curazao, ese éxodo de nuestros coterráneos en busca de mejores condiciones de vida para sus familias va a disminuir. Curazao no es una isla de fantasía, la situación allá es crítica para muchos venezolanos que están pasando momentos difíciles por estar ilegales”, opina.
Gotopo, por su parte, cree que la reapertura del canal comercial con las islas generará mano de obra y empleo en Falcón: “Muchas personas lo pensarían dos o tres veces antes de tomar una decisión tan peligrosa como navegar de forma ilegal desde Falcón hacia cualquiera de las islas”.
La petición a las autoridades venezolanas es invariable desde hace tres años y amplifica el clamor de miles de personas: reactivar el lazo comercial con las islas, que ha existido por más de 300 años. Que la consideración por el ciudadano común prevalezca sobre las diferencias políticas.
“Ya no hay motivos para mantener una frontera cerrada por más de tres años. Mayores conflictos y problemas tenemos con la frontera colombo-venezolana, que es de 2.500 kilómetros lineales, y hubo apertura y voluntad del gobierno para la reapertura. No comprendemos por qué no demuestra ese interés con la de las islas de los Países Bajos, al ser marítima y no terrestre. El mayor problema que presentamos con los Países Bajos es el de la migración ilegal. Comparados con los problemas que hay en la frontera con Colombia, estos son más manejables”, concluye Gotopo.
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