“Amenaza” venezolana impide normalizar relaciones con el Caribe
Expertos en relaciones diplomáticas advierten que el informe presentado por el Servicio de Inteligencia de los Países Bajos podría retardar la reapertura de las fronteras con las Antillas Neerlandesas
El informe presentado por el Servicio de Inteligencia del Reino de los Países Bajos, que ubica a Venezuela en la lista de países desde los que podría emanar una “amenaza potencial” para sus intereses, impedirá una pronta normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales.
Esta fue la conclusión preliminar aportada por expertos en relaciones internacionales en torno al referido documento, titulado Evaluación de amenazas de actores estatales.
De acuerdo con el documento, Venezuela está profundamente afectada por una continuada crisis económica y política, que se ha traducido en fuente de inseguridad e inestabilidad, que se proyecta hasta los países vecinos. Según este análisis, los efectos de esta situación se sentirán en toda el área aún si llegase a cambiar el régimen político venezolano.
“Aruba, Curazao y Bonaire están experimentando varias consecuencias de esta crisis, que también abarca a los intereses geopolíticos de superpotencias como Estados Unidos, Rusia y China (…) Estos diferentes intereses pueden originar un enfrentamiento geopolítico con impacto regional y, por tanto, con posibles consecuencias para el Reino”, alerta el informe.
Según el ex embajador de Venezuela ante Naciones Unidas y varios países, Milos Alcalay, este documento pone en términos claros “la amenaza del régimen para los países vecinos”.
“La presencia de Rusia y China constituye una nueva realidad que afecta directamente a Venezuela (…) Rusia, especialmente, juega a un conflicto entre Europa y EEUU, y representa para Venezuela un riesgo innecesario, pues el país nunca ha estado en ese ámbito de enfrentamiento mundial”, afirma.
En diciembre de 2020, Países Bajos anunció que expulsaría a dos diplomáticos rusos señalados de espiar a empresas e instituciones educativas. Según el reporte de inteligencia, Rusia tiene el propósito de ejercer una “influencia política encubierta” sobre ese país, y para ello acude a tácticas de desinformación.
Expansión criminal
El Reino de los Países Bajos reconoció al diputado Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. En febrero de 2019, en vísperas del intento para llevar a Venezuela cargamentos de ayuda humanitaria, el gobernante venezolano Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera marítima. Desde entonces, las relaciones con el régimen de Caracas están formalmente interrumpidas.
En este contexto, el análisis del Servicio de Inteligencia de los Países Bajos advierte que hay un “entrelazamiento” entre las redes del crimen organizado y los militares venezolanos “en los tráficos ilícitos de drogas, oro y armas”, que tienen “un efecto desestabilizador en la región”.
Según el internacionalista y doctor en ciencias políticas Félix Arellano, estos aspectos de ilegalidad son los que suscitan mayor preocupación.
“El apoyo a grupos ilícitos es una amenaza. Las FARC, grupos como Hamas y Hezbollah, de alta peligrosidad. Hay santuarios y apoyos a grupos irregulares internacionales”, destaca.
En su criterio, el éxodo masivo de venezolanos también impactará a toda la región, incluidas las islas de la cuenca del Caribe, y se ha convertido en un factor de conflicto, pues “altera sus políticas públicas, su estabilidad y programas sociales, genera cordones de miseria y, eventualmente, también de delincuencia”.
FANB sin profesionalismo
Según el Servicio de Inteligencia de los Países Bajos, hay una preocupante “disminución del profesionalismo militar” en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, lo que podría ocasionar una “escalada accidental” de la conflictividad, como consecuencia de interpretaciones equivocadas de las acciones emprendidas por el Reino de los Países Bajos, y los gobiernos de Aruba, Curazao y Bonaire.
Arellano, sin embargo, descarta la posibilidad de incidentes militares, con el argumento de que Venezuela no tiene una política “expansionista ni agresiva”.
Según Alcalay, a pesar de las presiones de sectores económicos y sociales para lograr una normalización de las relaciones entre Venezuela y el Caribe Neerlandés, en el contexto actual esto solo se logrará cuando Venezuela resuelva su crisis política mediante unas elecciones “creíbles y verificables”.
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