Censo de Aruba registra apenas 6.291 venezolanos, mientras Acnur estima que residen en la isla 16.800

Experta señala que las poblaciones no dan toda la información requerida por temor a sanciones como la deportación

El gobierno de Aruba actualizó la cifra de venezolanos oficialmente admitidos en esa isla.

De acuerdo con el Buró Central de Estadísticas y la Oficina de Registro de la Población arubeña, desde 1999 se acumularon en ese territorio un total de 6.291 personas naturales de Venezuela.

La cifra fue actualizada una vez que fueron procesados los resultados del censo llevado a cabo en 2020. El 55% de los venezolanos residentes en la isla es de sexo femenino.

Los años en que mayores cantidades de venezolanos se radicaron en la antilla fueron 2018 (634), 2019 (617) y 2022 (504). Los picos en la ola migratoria coinciden con el estallido de la emergencia humanitaria compleja en el país suramericano.

Estas cifras difieren abiertamente con respecto a lo indicado por la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) y la plataforma R4V. Según estas instituciones, para mayo de este año permanecían en Aruba 16.800 venezolanos, esto es casi 170% más que lo admitido en la estadística oficial.

La oleada migratoria de venezolanos también ha sido admitida por la primera ministra de la isla, Evelyn Wever-Croes. En su último informe anual, la funcionaria indicó que las personas de esta nacionalidad representan el 15% de la población total de Aruba.

Del turismo al refugio

La disparidad entre las cifras oficiales y los cálculos de entidades internacionales es el resultado de diversos factores.

Según la investigadora asociada del Observatorio Venezolano de Migración de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Rina Mazuera, antes de la crisis humanitaria los venezolanos iban a Aruba con propósito netamente turístico. Aunque algunos viajeros se quedaban allí, según Mazuera se trataba de personas que tenían cierto poder adquisitivo.

“Los turistas no eran cargas para los sistemas de educación y salud (…) Pero ahora estos destinos turísticos efectivamente son escogidos por los venezolanos que quieren emigrar”, explicó.

Añadió que los censos son herramientas fundamentales para elaborar las políticas públicas en cada país. El problema es que las poblaciones no dan toda la información requerida por temor a sanciones como la deportación. Recordó que algo similar también sucedió en Colombia, cuando el gobierno se planteó generar un registro de emigrantes venezolanos.

“Cuando se tienen los datos reales, se pueden diseñar políticas para la integración económica, social y cultural. Pero lo más importante es lo económico, pues a partir de allí la gente puede ser empleada y pagar impuestos”, señaló. La exclusión de los emigrantes venezolanos ha suscitado un crecimiento de la informalidad.

Según Mazuera, los estados cuentan con herramientas distintas a los censos para conocer la composición de sus poblaciones. En el caso de Aruba, al tener una noción más clara de esta situación, se podrá tomar decisiones más acertadas para el diseño de los distintos servicios y la política migratoria.