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Venezolano detenido en Curazao por drogas solicita ser operado para que le saquen una bala del cuerpo

Lo familiares dicen que solo transportaba alimentos que venían de la isla, pero la justicia local ya lo condenó a seis años de prisión por narcotráfico. Ahora pide ayuda a defensores de Derechos Humanos en la isla para someterse a una intervención quirúrgica

Enrique Torres asegura que su embarcación solo llevaba como encomienda 30 bolsas de comida que provenían de Curazao con destino al estado Falcón. Sin embargo, las autoridades lo acusaron y condenaron por tráfico de drogas. Hoy está lejos de su país, sin libertad y con una bala alojada en el cuerpo.

Torres, 40 años, natural de La Vela de Coro, estado Falcón, es marino mercante activo adscrito al Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA). Padre de cuatro hijos, viajaba desde los 13 años de edad hacia Aruba y Curazao, pues creció en una familia que regularmente transportaba mercancía legal hacia el Caribe.

El 21 de septiembre de 2021, fue interceptado por la Guardia Costera de los Países Bajos en altamar, a 24 millas náuticas de Curazao. En total, los guardacostas capturaron en ese procedimiento a tres personas, dos venezolanos y un curazoleño, que supuestamente tenían como fin recoger unas 30 bolsas de comida que traía otra embarcación.

La detención de Torres fue transmitida por Extra Curacao, que mostró las imágenes de su traslado a un centro de salud para que lo atendieran por un disparo que recibió en el lado derecho del tórax en plena persecución. Al final, este 25 de mayo el falconiano fue condenado a seis años de prisión.

Una versión

Los familiares de Torres manejan la siguiente versión: Los dos venezolanos y el curazoñelo zarparon desde Puerto Cumarebo, Falcón, el 21 de septiembre a las 4:00 de la tarde y esperaron en altamar hasta las 9:00 de la noche la llegada de otra embarcación, que provenía de Curazao. Por el viaje, Torres esperaba ganar entre 150 o 200 dólares.

De acuerdo con esta versión, aunque la embarcación llegó tarde, lograron hacer el transbordo de las supuestas 30 bolsas de comida. Cumplido el trámite, llegaron los guardacostas. “Dos veces escucharon la voz de alto, pero el capitán no estaba dispuesto a dejarse atrapar. Torres advirtió que no había más nada que hacer y le gritó a su compañero que no acelerara”, cuentan.

Torres pide ser intervenido para que le extraigan la bala que permanece alojada en su cuerpo

Los guardacostas chocaron con el barco venezolano y Torres recibió un disparo en el lateral derecho del tórax. Los funcionarios lo detuvieron y lo trasladaron al hospital, donde Torres solicitó ser operado para que no le dejarán la bala dentro del cuerpo.

La petición de Torres no fue atendida y, pasado dos días de hospitalización, fue ingresado en el centro de reclusión para indocumentados, donde permaneció trece días, mientras las autoridades de la isla iniciaban la investigación por narcotráfico.

Drogas

Torres fue sentenciado a seis años de prisión por sospecha de narcotráfico. Durante el juicio, contó con la asistencia de una abogada holandesa de la Defensoría Pública, con quien tuvo dificultades para comunicarse por el idioma.

Las audiencias se llevaron a cabo durante los meses de septiembre y diciembre de 2021, y enero, marzo y mayo de este año.

En Venezuela, su esposa no tuvo acceso al expediente. Cuestiona la supuesta opacidad del proceso judicial que concluyó con la condena de su marido. Afirma que “no defenderá lo indefendible”, pero asegura que su esposo jamás transportó estupefacientes a la isla y que la confusión se debe a la detención de tres embarcaciones venezolanas con envoltorios de drogas la misma noche de la captura de Torres.

“Yo me comunique con él luego de un mes, lo único que sabía era lo que salió en las noticias, en la lancha de mi esposo consiguieron comida, nada de drogas, pero juntaron a todos los venezolanos en el mismo caso”, aseveró la esposa de Torres, quien prefirió mantener su identidad en el anonimato. 

La Guardia Costera informó en su cuenta de Facebook sobre la detención de ocho venezolanos y admite que dispararon varias veces. Las embarcaciones que transportaban los envoltorios de drogas intentaron darse a la fuga y arrojaron las sustancias al mar.

“A mi esposo lo vincularon con el caso de las embarcaciones de droga, por ello es que asumo que le hayan colocado sospecha de narcotráfico”, dice la esposa de Torres. Agrega que por no conocer las leyes de la isla, resolvieron no apelar luego de conocer la sentencia por miedo a que la pena fuera aumentada. Tampoco han pedido orientación a las autoridades venezolanas.

“Es bastante difícil la situación jurídica, ya lo que nos queda es resignarnos y dejar que cumpla la condena… pocas veces hablé con su defensa, no sé lo que hizo”, manifestó la señora.

Pide ayuda

Los familiares solicitan a las organizaciones defensoras de Derechos Humanos en la isla, asistir a Torres y piden ayuda para agilizar los trámites en la isla para que sea operado. Expresan preocupación por su estado de salud. 

Necesitamos que lo operen, él mismo está haciendo ejercicios para aliviar el dolor, necesitamos ayuda de las organizaciones defensoras de los derechos humanos”, claman los familiares. 

Admiten que las condiciones carcelarias de Torres son óptimas en comparación con una celda en Venezuela. Tiene acceso a la alimentación y recibe pastillas para el dolor.  

El marino venezolano trabaja dentro de la prisión. Por recoger los desechos sólidos, gana 220 florines al mes (123 dólares al cambio). La mitad del dinero lo destina a comprar comida en la cantina y la otra mitad la ahorra, a la espera de retirarlos una vez cumpla su condena.

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