Sociales

Lucha contra el maltrato: Fundación ofrece atención a las víctimas de violencia relacional en Aruba

La organización no gubernamental amplió la casa de refugio para ofrecer albergue provisional a 14 mujeres que buscan una vida sin agresiones para ellas y sus hijos

Una labor sin aspavientos, pero con tesón han desarrollado desde la Fundación Contra la Violencia Relacional, en la isla de Aruba. La ayuda que ofrece esta organización no gubernamental (ONG) alcanza a muchos que padecen por algún tipo de violencia: psicológica, física, sexual y económica.

María Carrasquilla, trabajadora social de la ONG, comenta a Crónicas del Caribe que la fundación acumula ya casi 26 años de experiencia en la prevención y asistencia a las víctimas de violencia de género, doméstica y relacional.

Originalmente llevaba por nombre “Fundación para Mujeres en Dificultad”, pero desde noviembre de 2020 cambió a Fundación Contra la Violencia Relacional. Carrasquilla explica la razón de esta transformación. “En todos los años la fundación ha trabajado muy duro luchando contra la violencia hacia las mujeres, la violencia doméstica, pero la violencia no afecta solo a las mujeres sino también a los hombres. Entonces, empezamos a pensar que teníamos que cambiar el nombre. La violencia no discrimina género, raza o estatus social”.

La ONG pone a disposición sus contactos telefónicos para atender a quien necesite ayuda

Carrasquilla indica que cuentan con dos áreas de atención: la ambulante, que es desde donde funcionan, y la parte residencial, que es donde dan abrigo a mujeres que requieran de refugio.

Detalla que en 2020 lograron agrandar el espacio de albergue, gracias al apoyo de Países Bajos, con lo cual pasaron de seis a 14 habitaciones para alojamiento temporal. “Por ejemplo, cuando una mujer, junto a sus hijos, tiene una crisis y debe salir de su casa porque sus vidas corren peligro, nosotros los recibimos”, describe su labor.

Pandemia con secuelas

La pandemia por el COVID-19 también dejó consecuencias en los hogares arubeños, en cuanto a problemas de violencia se refiere. En los primeros meses de confinamiento, los casos aparentemente no aumentaron, pero con el paso de la prolongada cuarentena ocurrió lo que en otros países: se incrementaron los episodios de agresiones de distintos tipos.

La actividad en la sede de la Fundación Contra la Violencia Relacional, ubicada en la zona de Primavera, aumentó. De manera que trabajadoras sociales y psicólogos tuvieron que atender nuevos casos, pese a las restricciones por la pandemia.

“Al principio de la pandemia, en marzo de 2020, nos dimos cuenta de que no llamaban mucho. Con un toque de queda y la prensa atenta en todo momento, no aparecían muchos casos, pero luego empezamos a recibirlos. Cuando una persona atraviesa por una situación de violencia, a veces no habla o busca ayuda por vergüenza”, expone Carrasquilla.

Con la presencia de la primera ministra Wever-Croes, la fundación inauguró la ampliación de su albergue

Con el transcurrir de los meses de encierro, constataron que la tensión en aquellos hogares con propensión a la violencia ponía en peligro a las mujeres y niños, y en ciertos casos a los hombres también.

De allí que decidieron poner énfasis en la educación para alertar a las posibles víctimas de estos abusos, a través de diversos mecanismos de divulgación como el grupo de sostén para las mujeres, que también busca empoderarlas.

“En la mayoría de los casos recibimos a personas afectadas por violencia emocional, que suele ser la primera en manifestarse antes de llegar a las agresiones físicas. Además, atendemos a personas que sufren por violencia económica-financiera, el abuso y maltrato sexual, y la violencia vicaria”.

En la ONG trabajan con las víctimas: mujeres, niños y hombres. Para ello cuentan con psicólogos y trabajadoras sociales. Dos de estos profesionales atienden a los adultos afectados y un psicólogo infantil se ocupa de los menores, que también padecen de diversas formas de agresiones.

La fundación tiene entre sus prioridades socorrer a los niños afectados por la violencia doméstica

“Los niños son muy afectados, son víctimas cuando se trata de violencia doméstica. Hace unos años atrás se consideraban víctimas secundarias, pero no es así”, acota Carrasquilla.

Alojamiento provisional

Carrasquilla relata que, en el hogar de refugio, han recibido casos de mujeres agredidas que llegan con tres y cuatro niños, y otras que están en pleno embarazo. De inmediato comienza un proceso de asistencia psicológica para madres e hijos.

“Durante la pandemia hemos atendido muchas llamadas de extranjeros, principalmente venezolanos, buscando ayuda porque eran víctimas de violencia. También declaraban que, por su estatus legal, presentaban problemas financieros y esto es una dificultad grande. Recibimos peticiones de ayuda porque la parte médica es un inconveniente, necesitaban ayuda y cuidado porque no cuentan con recursos o seguros médicos”, precisa la vocera de la ONG.

Ante este cuadro de dificultades económicas, la fundación decidió activar una ayuda a algunas personas que solicitaban alimentos. Adicionalmente, trabajaron junto a la Cruz Roja en Aruba y con la Fundación para Nuestra Comunidad para repartir paquetes con comida.

“A pesar de que algunos no tienen sus documentos legales, los derechos humanos cuentan y en nuestros estatutos está que, si podemos brindar la ayuda, hay que hacerlo”.

Carrasquilla apunta que también desarrollan trabajos con HIAS (organización humanitaria de alcance global). “Somos una isla multicultural y recibimos personas de distintas partes. En nuestra lista de atendidos podríamos decir que apoyamos a personas de Aruba, en primer lugar, luego de Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador. Es variado, reciben atención ambulatoria e incluso algunos van al refugio”.

Con subsidio y colaboraciones

En 2020, la ONG contaba con cuatro trabajadoras sociales, pero en este momento solamente Carrasquilla se mantiene en sus labores. Abrirán concurso para las otras tres vacantes en esa área profesional y, al mismo tiempo, buscarán una psicóloga que trabaje de manera fija en la institución.

La fundación desarrolla campañas educativas para enfrentar el flagelo de la violencia doméstica

“Nosotros recibimos subsidio del gobierno, pero también buscamos nuestros fondos a través de donaciones. En 2020 recibimos menos recursos, pero nos apoyan personas de buen corazón que están a favor de la lucha que la fundación viene desarrollando”.

Los hombres también son maltratados

Si bien es cierto que no reciben solicitudes de apoyo de hombres, Carrasquina sostiene que la realidad confirma que ellos también son maltratados en diferentes aspectos.

Reconoce que el aspecto cultural juega un papel importante en la posibilidad de que un hombre decida buscar ayuda por agresiones de cualquier tipo.

María Carrasquilla advierte que la violencia no discrimina género, raza o estatus social

“Si un hombre en su grupo social dice que es violentado y que va a buscar ayuda, por lo general se convierte en la vergüenza, se burlan de él, por el sistema cultural patriarcal y machista de donde venimos, que pregona que el hombre no llora, es fuerte y es el que manda. Eso hace más difícil que el hombre busque ayuda, pero sí hemos recibido casos. Lo único que no estamos brindando es lugar para ellos en la casa de refugio. Queremos hacerlo, pero es a futuro”, concluye. 

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