Grupo folclórico quiere convertir un edificio donado por López Contreras en un espacio para las artes en Aruba

El inmueble que se levantó como símbolo de las relaciones entre Caracas y la isla, está totalmente abandonado. La asociación cultural solicita al gobierno de Wever-Croes que tome cartas en el asunto

Luisa Rincon, de 54 años, es oriunda del estado Zulia. Sus raíces están en la comunidad indígena Wayúu, ubicada en la península de La Guajira, al occidente de Venezuela.

En 1995, Rincón tomó la decisión de afincarse en Aruba. Abandonó su tierra natal por la debacle de la economía y el agravamiento de la crisis política. La llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, la ratificó en su posición de instalarse en la isla. Es madre de tres hijos, uno de los cuales se prepara en Países Bajos en temas marinos. 

Dejó atrás Venezuela, pero no se despojó de sus costumbres ancestrales. Vestía con una manta guajira con diferentes diseños de colores blanco, rojo, y amarillo, cuando en sus inicios vendía artesanía indígena en las cercanías de la Plaza Bolívar en Oranjestad.

Gracias a su trabajo, con el tiempo pudo ahorrar los suficientes florines, buscó a su familia y logró el pasaporte neerlandés. Recuerda que con la belleza de sus obras, atrapó la atención de la princesa Beatriz de los Países Bajos durante la inauguración del bulevar Linear Park en 2012.

Rincón forma parte de la asociación cultural y humanitaria Expresión Folklórica Viva Venezuela de Aruba. En las últimas semanas, ha sido noticia por sus declaraciones en la televisión arubeña dirigidas a la primera ministra, Evelyn Wever-Croes, para exigir espacios en el edificio de la Sociedad Bolivariana. El inmueble en cuestión fue donado durante el mandato de Eleazar López Contreras en 1937, con el fin de fortalecer los lazos culturales y deportivos entre Venezuela y Aruba.

“Este edificio fue donado por el gobierno venezolano (…) está abandonado, nos acercamos a pedirle a la persona que vive en este edificio, que es un monumento histórico, para que nos facilitara un espacio como grupo folclórico para nuestros entrenamientos, y esa persona nos dijo que el edificio era de él y había sido heredado hace 80 años”, declaró desde la Plaza Bolívar de Oranjestad.

Al rescate

Rincón señala que el edificio necesita mantenimiento y restauración. “Propuse a una contratista iniciar una campaña y restaurar el monumento que nos vincula con la isla y la respuesta fue positiva, pero las elecciones (en Aruba) y la pandemia no nos permitió avanzar con el proyecto”, explica.

Los archivos históricos de la isla precisan que el edificio es propiedad de Aruba. La portavoz de la asociación folklórica indica que el inmueble es ocupado por un venezolano llamado Hubert Falcón, con quien Crónicas del Caribe aún no ha podido establecer contacto. 

“Le pedí a Hubert que nos diera un espacio y él respondió que heredó este inmueble hace 80 años, pero los documentos oficiales reflejan todo lo contrario. Pedimos al nuevo gobierno de Aruba que tome en cuenta nuestra solicitud”, demanda Rincón.

Apuntes históricos

120 mil florines costó la culminación de la obra que fue inaugurada el 17 de diciembre de 1944 con ceremonias y actos culturales. Los archivos históricos recogen que la estatua de Simón Bolívar en la isla fue un regalo del general Eleazar López Contreras, presidente de Venezuela. La sede sirvió para las convenciones del Club de Los Leones, Comisión del Caribe, la Asociación Turística del Caribe y la Cámara de Comercio de las Américas.

“Lamentablemente, desde los años 90 la Sociedad Bolivariana está inactiva”, detalla Rincón.

Ayuda humanitaria

La asociación Expresión Folklórica Viva Venezuela está conformada por 17 integrantes entre médicos, abogados, docentes e ingenieros venezolanos que desde el 2012 realizan presentaciones culturales en honor a la venezolanidad.

Desde hace cinco años realizan la procesión de la Virgen de Chiquinquirá. “Le hacemos el manto a la virgen todos los 18 de noviembre y se hace la bajada de la virgen. Además, cantamos y tocamos las gaitas en la iglesia y la procesión, eso nos une a todos los maracuchos aquí”, describe Rincón.

No se limitan a las manifestaciones culturales y religiosas. También desarrollan actividades de ayuda humanitaria para la población latina, preparando y repartiendo más de 1 mil comidas y 167 mercados completos.

“Aquí hay mucha gente que necesita ayuda, por eso apoyamos a los venezolanos que no tienen un estatus legal con jornadas de alimentos, la labor humanitaria es algo que tenemos que mantener”, subraya Rincón.

Igualmente, enviaban ayuda humanitaria a Venezuela, pero el cierre de las fronteras decretado por el régimen de Nicolás Maduro en 2019 afectó esta iniciativa. Por esta situación, cajas de comida, ropa y medicinas para enfermedades crónicas dejaron de aterrizar en las ciudades de Valencia, Caracas y Maracaibo.