En medio de la pandemia, una coach en Curazao ofrece las claves para vencer el miedo a la muerte
El COVID-19 ha dejado a muchos sin trabajo, pero Kamlawatie De Hass sigue con su agenda llena de videoconferencias. La experta en sanación holístico brinda su apoyo y conocimientos a quienes enfrentan los estragos espirituales provocados por el coronavirus
En tiempo de crisis surgen oportunidades y Curazao hace lo posible por recuperar su economía, en caída libre desde 2013. Antes del COVID-19, la isla neerlandesa era un destino predilecto de quienes combinan playas con diversión. Ahora necesita reinventarse como nación destino para nómadas digitales.
El estado autónomo de Países Bajos tiene un programa especial para que freelancers y trabajadores a distancia trabajen en un clima tropical, frente al mar, lejos del ambiente acartonado que exige el mundo empresarial. Y así aumentan las opciones para los curazoleños que prestan asesorías. El auge del coaching durante la pandemia es una buena opción de negocios.
Kamlawatie De Hass vive en Curazao e imparte “coaching de conciencia” a empresas y particulares. Pese a la cuarentena, pudo mantener en 2020 el mismo ritmo de trabajo que el año anterior, porque prestaba sus servicios a través de videoconferencias.
En la isla se habla holandés, inglés, español y papiamento. Los curazoleños tienen la facilidad de comunicarse en varios idiomas. Ella prioriza el inglés y tiene clientes en distintos países.
Con ocho años de experiencia profesional, suma una formación académica en coaching de vida, sanación holística, comunicación funcional fluida, PNL y constelación familiar. Sobre su ritmo de trabajo, comentó a Crónicas de Curazao que cada día es diferente. “Paso de seis sesiones a una por día. Internacional y local, todo mezclado en la semana”, detalla.
Utiliza la aplicación Zoom para sesiones de coaching de marketing, mientras que en Instagram, Facebook y Linkedin promueve sus actividades y capta clientes. “Proporcioné más consultas en línea, basadas en diferentes temas relacionados con el miedo a la muerte, el cambio y las relaciones conflictivas”, afirma.
Problemas, soledad y depresión
De Hass atrajo a tres tipos de personas: los que tuvieron problemas en su relación -debido a los encierros experimentaron mala comunicación, dudas y malentendidos-, quienes estaban teniendo dificultades para hacer frente a la soledad y la depresión (demasiado aisladas y sin distracciones durante un largo período de tiempo), y también a esos que tenían miedo de contraer el virus y morir por esa causa.
Ella cuenta que través del coaching, sus clientes pudieron obtener una perspectiva diferente, “curando las heridas de la infancia y encontrando la paz dentro de sí mismos”. Asegura que asumieron la plena responsabilidad por sus vidas y acciones nuevamente. “Haciendo crecer su conciencia y, por lo tanto, despejando esas nubes oscuras”, agrega.
Trabaja con mujeres de 35 años (en promedio) que “quieren encontrar su propia voz”, y parejas que pretendan salvar su relación o prefieren hacer un “desacoplamiento” fácil y pacífico. Además, ayuda a profesionales que desean transformar su comportamiento y comunicación.
La cuarentena que inició en marzo de 2020 en la mayoría de los países del mundo obligó a las empresas a cerrar sus puertas y trabajar home office, y en Curazao, por falta de turismo, cerraron completamente. Pero Kamlawatie cuenta que logró entrenar a empleados locales en comunicación, liderazgo y trabajo sistémico organizacional.
De Hass dice que el coaching es una buena opción de negocios en esta pandemia, al promover la resiliencia en los trabajadores para que optimicen su producción. “Cada nuevo desafío presiona diferentes botones, y esta práctica ayuda a obtener una nueva claridad, fortalece la confianza y transforma su voz donde sea necesario”, expresa.
Esta época tan difícil ha llamado a muchos a ir a la naturaleza. Esa necesidad se convierte en una oportunidad para esos lugares que ofrecen hermosos paisajes y clima cálido, como Curazao.
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