Aruba y Curazao negocian con Venezuela la reapertura de la frontera marítima
Se trataría de un proceso gradual, cuyo primer objetivo sería el rescate del comercio entre las islas y el país suramericano, revela un informe presentado por la Ministra Presidenta de Aruba Evelyn Wever-Croes
Representantes de Aruba y Curazao adelantan negociaciones con el gobierno venezolano con el propósito de lograr la reapertura de la frontera marítima.
Así lo confirmó la primera ministra de Aruba, Evelyn Wever-Croes, en un informe presentado recientemente, con un recuento de la gestión de su gobierno correspondiente a 2021 y las principales metas para el año en curso.
“Se han celebrado varias reuniones para discutir las posibilidades de ampliar los límites, reabrir y restaurar las relaciones comerciales y las oportunidades de viaje (…) En la actualidad, se adelanta la reapertura de la frontera marítima con Venezuela”, afirmó.
Las fronteras entre el Caribe Neerlandés y Venezuela fueron cerradas en febrero de 2019, cuando el interinato encabezado por Juan Guaidó intentó que ingresaran al país cargamentos de ayuda humanitaria, tanto por tierra como por mar.
“Aruba está en la mesa de negociaciones, junto con Curazao y Venezuela. El enfoque en el proceso de negociación es principalmente la recuperación gradual del comercio marítimo”, explicó.
Según Wever-Croes, la reactivación del paso marítimo facilitaría los procesos de expulsión y repatriación de migrantes ilegales.
Del otro lado, la funcionaria reconoció que hay argumentos para mantener el cierre de fronteras. Uno de ellos tiene que ver con el control de la criminalidad. Otra razón de peso es el interés por mantener a raya los contagios por COVID-19.
Llueven peticiones de asilo
Según el gobierno de Aruba, en esa isla permanecen 17.000 venezolanos. No obstante, las cifras manejadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) indican que el número real estaría alrededor de los 25.000.
Con la agudización de la crisis humanitaria en Venezuela, las solicitudes de asilo se incrementaron en Aruba. De acuerdo con Wever-Croes, en 2018 fueron 267, y al año siguiente 1.985. En 2020 (cuando estalló la pandemia) fueron 206, y en 2021 fueron 620.
Para procesar las solicitudes, el gobierno de Aruba dispone de ocho entrevistadores. Pero el informe presentado por la gobernante indica que se trata de procesos lentos y costosos, que no pueden ser afrontados exclusivamente con los recursos del gobierno local. De allí que el Reino de los Países Bajos haya aprobado desembolsos por 3,72 millones de dólares para la ejecución de 27 proyectos asociados a la mitigación de los daños ocasionados por el flujo migratorio.
El flujo de recursos se ha paralizado mientras se evalúan las quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos de los emigrantes.
Ante la oleada de venezolanos, en febrero de 2021 las autoridades implantaron el requisito de la visa, y anunciaron que el número tope de permisos para todas las islas del Caribe Neerlandés sería de 8.000 por año.
El rebote venezolano
El reporte de Wever-Croes indica que hay una expectativa de crecimiento económico de 5,2% en Venezuela, “impulsado por un fuerte sector externo, la adaptación a las sanciones y la continuación del efecto rebote de la pandemia”.
“Gracias a la dolarización informal de la economía y la eliminación parcial de los controles de precios y aranceles de importación por parte del gobierno del presidente Nicolás Maduro, ya está en marcha una frágil estabilidad. Los suministros básicos están disponibles de nuevo y esto ha mejorado la calidad de vida de muchas personas”, afirmó.
La jefa del Ejecutivo de la isla expresó que esta circunstancia podría atenuar las presiones sobre los países receptores de la migración. Apuntó que, a pesar de esta tendencia, todavía existe en Venezuela una alta dependencia de las remesas enviadas desde el exterior.
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