Migración

Venezolanos protestan ante el Parlamento de Aruba para exigir la reapertura de la frontera

Los manifestantes demandan la reactivación del intercambio comercial entre ambos países, bajo el argumento de que la normalización beneficiará a los consumidores de la isla

Un grupo de manifestantes venezolanos y arubeños se concentraron este viernes 29 de octubre en la Plaza Padú, en Oranjestad, para exigirle al gobierno de Aruba reabrir las fronteras aéreas y marítimas con Venezuela, cerradas desde 2019 por el régimen de Nicolás Maduro.

La concentración estuvo encabezada por la venezolana Yury Bracho, presidenta de la Fundación Yury Camina Contigo y oriunda de la ciudad de Punto Fijo, estado Falcón. Bracho es ciudadana neerlandesa y reside en la isla desde hace 30 años. 

“Solicitamos al gobierno de Aruba la reapertura aérea y marítima porque el precio de los productos de primera necesidad en la isla ha aumentado, un aguacate puede costarte 4 dólares americanos y cuando lo abres en tu casa ya está malo, necesitamos los productos venezolanos aquí”, dijo vía telefónica para Crónicas del Caribe.

Bracho demanda el regreso de las embarcaciones de fruta y productos venezolanos, y la oportunidad de viajar una vez por semana. 

Explicó que la policía negó el permiso de realizar manifestaciones multitudinarias frente a las sedes de los poderes públicos de la isla, como medida para evitar nuevos contagios por la COVID-19. La policía recomendó que se congregaran ante el Consulado venezolano, propuesta que fue rechazada por los organizadores. 

 “Luego de que informé por la prensa lo que íbamos a hacer, 11 minutos después me llamaron para notificarme que el permiso estaba negado. Me dijeron que fuera a manifestar en el Consulado venezolano”, detalla.

A pesar de la negativa de las autoridades, Bracho decidió avanzar con la actividad alegando que ella es “ciudadana holandesa y vive en un país con libertades”.

Los organizadores convocaron la manifestación a través de las redes sociales

Comenta que entregó oficialmente un documento ante la oficina del gobernador de Aruba el pasado miércoles, vía correo electrónico, a través de la Oficina de Servicios Internos (BID). Sin embargo, insistió en convocar a la comunidad de migrantes venezolanos para acompañar simbólicamente la entrega del documento en la sede de la gobernación de la isla, el parlamento arubeño y ministerios. 

Alimentos y salud

Puntualiza que las frutas y verduras procedentes de Colombia llegan en mal estado, y afirma que a los comerciantes colombianos involucrados en este intercambio sólo les interesa comprar licor para revenderlo en su país. Sostiene que la normalización de la relación con Venezuela ayudará a la clase media de la isla, duramente golpeada por la crisis económica.

“Los contenedores vienen de Colombia no con la finalidad de surtir a Aruba, sino con el objetivo de devolverse con todo el alcohol posible, porque aquí lo compran en el muelle y en su país lo venden con sobreprecio”, cuestiona.

Bracho resalta que “el venezolano que venía de turista, no venía a quedarse de forma ilegal, venía a comprar, a consumir, a hacer turismo en la isla de Aruba y se devolvía”. 

La señora Bracho espera que la primeta ministra Evelyn Wever-Croes atienda su reclamo

Rechaza la imposición del visado a sus compatriotas. “Hay miles de venezolanos que tienen sus inversiones en Aruba, sus casas y bienes y por no tener una visa norteamericana no han podido volver a la isla a chequear sus edificios y negocios, ni siquiera para poder pasar la Navidad”, declara.

A pesar de la crisis que sacude a Venezuela, su sistema de salud privada sigue siendo mucho más económico para los arubeños, indica Bracho. Por esa razón, en la manifestación del viernes participaron arubeños interesados en ser atendidos en consultorios privados en Venezuela

“Le pedimos al gobierno de Aruba, como ciudadanos holandeses, el permiso de volver a Venezuela no solo para encontrarnos con nuestras familias, sino para chequearnos con los médicos”, expone Bracho. 

Derechos Humanos

Bracho se dedica a la defensa de las mujeres latinas víctimas de la violencia de género. Además, es gestora de trámites migratorios a extranjeros de nacionalidad china, filipina y colombiana.

La fundación que dirige también se encarga de defender los derechos humanos de los venezolanos indocumentados recluidos en los centros de detención de Aruba. “Yo tengo una lista de 113 personas que quieren volver a Venezuela voluntariamente, pero los guardacostas quieren llevarse a los que detienen en la calle o a los que sacan de los lugares de trabajo”, denuncia.

Está convencida de que el cierre de fronteras es una acción del gobierno de Aruba contra la población venezolana. Sin embargo, conserva la esperanza de que sean atendidas sus exigencias.  “Dime tú qué exigencia le puedo hacer a Venezuela, si Venezuela te está diciendo que ya abrieron, pero a Aruba no le da la gana de abrir la frontera”, concluye.

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