Ilegalidad, pobreza y violencia: el “pequeño” gran problema de la migración venezolana sacude a Curazao y Aruba
El éxodo procedente de la República Bolivariana ejerce presión sobre las islas, cuyas poblaciones enfrentan el reto de atender e integrar a quienes huyen de la emergencia humanitaria compleja con el agravante de la pandemia
Puede parecer una gota en el mar, pero impacta como un tsunami en el Caribe.
El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP) estima que para finales de 2021 los países de la subregión del Caribe, conformada por Aruba, Curazao, República Dominicana, Guyana y Trinidad y Tobago, cobijará a unos 224 mil venezolanos en medio del éxodo provocado por la emergencia humanitaria compleja que padece la República Bolivariana.
“Desde 2018, los países de la subregión del Caribe han acogido a un gran número de personas refugiadas y migrantes y a personas repatriadas guyanesas procedentes de Venezuela, y se prevé que a finales de 2021 se habrá acogido en la subregión a unas 224 mil personas”, señala el último informe del RMRP.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calculan que 5,4 millones de venezolanos han huido de su país a causa del caos político, económico y social. De ese total, al menos 4,6 millones permanecen en América Latina.
El representante especial conjunto de ACNUR y OIM para los Refugiados y Migrantes Venezolanos, Eduardo Stein, destaca en sus declaraciones que América Latina y el Caribe han enfrentado en los años recientes “una de las peores crisis humanitarias y éxodos de su historia”, drama que se ha agravado por la pandemia del covid19.
Frente a una tragedia de estas dimensiones, los números que registran naciones como Curazao y Aruba pueden parecer insignificantes. El RMRP apunta que hasta octubre de 2020 en cada una de estas islas del Caribe Neerlandés residían 17 mil venezolanos, mientras en República Dominicana contabilizan a 114.500, en Trinidad y Tobago a 24.169 y en Guyana a 23.310.
Sin embargo, los problemas y desafíos son mayúsculos. Aruba tiene una población de 106 mil habitantes y Curazao suma 157 mil. Entonces, la diáspora venezolana equivaldría al 16% del censo arubano y al 10% del curazoleño.
“Las comunidades de acogida de esos cinco países se han visto afectadas debido a su limitada capacidad de absorción y al impacto de la covid19 en las economías que dependen en gran medida del turismo, mientras que un número cada vez mayor de personas de Venezuela ha aumentado la presión sobre los recursos y servicios públicos”, advierte el RMRP.
Mucho dinero
A grandes males, grandes remedios. Seguros de que la estampida venezolana no cederá, Acnur y OIM esperan que este año la cifra de emigrantes llegue a 8,13 millones. Para atender este deslave humanitario, buscan recaudar un presupuesto de 1,44 mil millones de dólares.
La subregión del Caribe absorbería 40,7 millones de dólares con el fin de ejecutar proyectos en las áreas de educación, seguridad alimentaria, salud, integración, nutrición, protección, alojamiento y asistencia monetaria multipropósito, entre otros.
De la meta requerida, Curazao tendría que recibir unos 4,18 millones de dólares. Tomando en cuenta el tamaño de su población y la cantidad de inmigrantes que ha arribado a sus costas, el RMRP concluye que la isla “es uno de los países más afectados” por el desplazamiento de venezolanos. El análisis destaca que muchos no gozan de estatus legal, razón por la cual no pueden acceder al sistema de salud y a un empleo formal que les permita subsistir.
La pandemia golpeó la actividad turística, principal fuente de ingresos de Willemstad, cuyas arcas también han sufrido por la paralización de la refinería Isla, operada por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) hasta diciembre de 2019.
“Los venezolanos se han vuelto cada vez más vulnerables y las necesidades básicas como alimentos, artículos no alimentarios, medicinas y refugio tienen una mayor demanda, lo que aumenta los riesgos de protección. Se anticipan impactos económicos duraderos sobre los refugiados y migrantes venezolanos”, alerta el RMRP.
Ayuda y guía
El Plan para los Refugiados y Migrantes trabaja con 26 organizaciones sociales y humanitarias que funcionan como “socios” en la subregión del Caribe. Detrás de las 12 que operan en República Dominicana, Curazao figura con una decena entre las que se cuentan las locales Human Rights Defence Curaçao y las fundaciones Salú pa Tur y Venex Curacao.
Los involucrados en este esfuerzo han identificado como prioridades ofrecer información y guía a los migrantes con el fin de que regularicen su situación e interceder ante las autoridades para que faciliten el registro, así como “proporcionar y mejorar el acceso seguro y digno a bienes esenciales y servicios críticos, incluidos refugios de emergencia, educación, atención médica, asistencia alimentaria y artículos no alimentarios en sinergia con la asistencia para el desarrollo sostenible”.
Los objetivos inmediatos también apuntan a respaldar la lucha contra la trata de personas y la explotación, y promover la integración y la coexistencia para superar las barreras linguísticas y la xenofobia. Los retos irán creciendo con el transcurrir de los meses, pues se prevé que para finales de 2021 unos 22 mil venezolanos estarán instalados en la isla.
Contra la violencia
Aruba encara una panorama similar. El RMRP cuenta allí con cuatro socios y aspira a manejar un paquete de 2,55 millones de dólares para responder a las necesidades que causa el éxodo de venezolanos.
Al igual que en Curazao, los promotores de la ayuda consideran fundamental brindar orientación a los migrantes para que regularicen su situación y puedan tener mayores oportunidades económicas y laborales, mitigar la violencia de género, combatir las amenazas a la seguridad de estas personas y fomentar la convivencia. Todo esto teniendo como telón de fondo los males que genera la pandemia.
“En 2019, la isla acogió a la mayor cantidad de venezolanos desplazados en el extranjero en relación con su población (1 de cada 6)”, indica el RMRP, que espera que el número de venezolanos pase de 17 mil a 20 mil este año, “a pesar de las restricciones fronterizas y los requisitos de visa recientemente implementados”.
Las agencias internacionales reseñan que la debacle económica que experimenta Aruba por el covid 19, ha traído como consecuencia el aumento de los desalojos y la exposición a la violencia. Un panorama que hace más vulnerables a los refugiados y migrantes, muchos de los cuales arriesgaron sus vidas en peligrosas travesías marítimas con la esperanza de alcanzar un futuro mejor.
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