Migración

Estatus legal, acceso a la salud y empleos inestables: los desafíos de los migrantes venezolanos en Aruba

Durante el año 2020 aumentó exponencialmente el número de personas que acudió a registrarse a HIAS Aruba, una organización sin fines de lucro de la comunidad hebrea establecida en la isla en 2019 y que se enfoca en la protección y asesoría a migrantes, refugiados y población vulnerable.

Respecto a 2019, cuando unas 700 personas se presentaron ante esta ONG, el registro en el pandémico año 2020 cerró con más de 2.000 nuevas inscripciones, reveló Yiftach Millo, director ejecutivo de HIAS Aruba, en una entrevista concedida a Crónicas del Caribe.

Las cuarentenas y confinamientos en todo el mundo para disminuir la propagación del coronavirus tuvieron un impacto en la salud mental de los ciudadanos, lo que a su vez derivó en el incremento de la violencia de género e intrafamiliar.

Esta podría ser una de las causas que explique el aumento de personas solicitando el apoyo de HIAS Aruba, pues entre otras actividades, la ONG presta asistencia para la prevención y respuesta a la violencia de género, así como también a mujeres y niñas que han sido víctimas de agresión sexual y trata de personas.

La ONG lucha contra la violencia de génere y ofrece servicios para integrar a los migrantes

La actividad humanitaria de HIAS Aruba es más extensa. Ofrecen servicios de protección, apoyo psicológico y salud mental, derivaciones a otros servicios como asesoría legal y capacitaciones para el emprendimiento en áreas como el marketing digital.

También ejecutan programas de apoyo socioeconómico y ofrecen cursos de idiomas para facilitar la integración de los inmigrantes a sus comunidades y a la realidad laboral.

Dentro de su público meta de atención figura en primer lugar la comunidad venezolana residente en la isla, que se calcula podría ser de hasta 22.000 personas, según la proyección de cierre de año 2020 del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Los migrantes venezolanos en la isla afrontan importantes desafíos que la pandemia del coronavirus vino a acentuar. En su informe de mediados de 2020 (actualizado en el mes de noviembre) Response for Venezuelans, la plataforma regional de coordinación interagencial para refugiados y migrantes provenientes del país suramericano, subrayaba que, como resultado de las restricciones por el coronavirus, muchos venezolanos se habían visto obligados a recurrir a peligrosos viajes en barco y que estaban más expuestos a la trata de personas y riesgos en el mar.

Incertidumbre legal y económica

El atípico año 2020 representó un desafío económico para toda la isla de Aruba. Los inmigrantes, que suelen trabajar en empleos temporales, terminan siendo los principales afectados cuando la actividad económica de un país se tambalea. 

El retorno a la normalidad aún se ve bastante distante, aunque la isla ya completó una primera fase de vacunación contra el covid19. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos mantuvieron a Aruba como un destino no seguro para viajar por la emergencia por covid19 en  su más reciente actualización del 4 de marzo. Para una isla que depende casi exclusivamente de los turistas estadounidenses, estas no son buenas noticias.

Cientos de venezolanos en la isla han tenido y tendrán que enfrentar una realidad que limita sus ingresos económicos y, por ende, la atención de sus necesidades básicas, esas que los llevaron a dejar atrás un país hundido en la hiperinflación y una emergencia humanitaria compleja.

Según la Plataforma Regional para la Respuesta a la Situación de Venezuela ( R4V), el estatus legal es la principal preocupación de los venezolanos en Aruba, ya que causa efectos en cadena en todos los aspectos de su vida cotidiana y les impide acceder a derechos como los de empleo, salud y educación. Esto los hace más vulnerables a la trata, el abuso y la explotación.

Pese a que están más expuestos a riesgos de explotación, abuso y violaciones de derechos, los venezolanos también dudan en presentar sus denuncias ante las autoridades por temor a ser detenidos y deportados debido a su situación irregular.

La plataforma destaca que en Aruba la mayoría de los venezolanos trabaja en el sector informal, por lo que la pandemia incrementó la preocupación ya existente sobre la imprevisibilidad de sus ingresos económicos y la falta de posibilidades de reunificación familiar con otros seres queridos que dejaron en Venezuela.

Regresar a la normalidad prepandémica probablemente no sea posible hasta finales de 2021, por lo que HIAS Aruba se enfoca en identificar las oportunidades de integración laboral del venezolano. Bien dentro de la isla, en los sectores operativos o que se vayan reactivando, o con actividades que puedan ejecutar desde ella (manejo de redes sociales y empleos freelance vía internet, entre otros).

 La salud, motor de entrada y de salida

El acceso a la salud es uno de los principales desafíos para los venezolanos que huyen de la crisis de su país a esta isla, ubicada a tan solo 25 kilómetros al norte de la península venezolana de Paraguaná.

El inmigrante venezolano en Aruba se enfrenta a un dilema perturbador: huyen de un país en el que se necesitan cuatro salarios mínimos para adquirir, por ejemplo, una caja de pastillas para controlar la hipertensión arterial. Pero llegan a otro en el que las características propias del sistema de salud hace que sea muy difícil cubrir las atenciones que requieran.

HIAS abrió en 2019 una nueva oficina en Aruba para atender la situación de los migrantes

Los migrantes indocumentados no tienen acceso a los sistemas nacionales de salud ni en Aruba ni en Curazao. HIAS ofrece apoyos en cuidados mínimos, pero el pago de condiciones más complejas y que ameritan tratamientos más costosos (cómo cáncer o VIH) escapan de la ayuda que pueden proporcionar.

El director ejecutivo de HIAS Aruba comenta que justamente este es uno de los principales factores que presiona el retorno de muchos venezolanos desde Aruba.

“Estamos tratando de movilizar y motivar un voluntariado a través de los médicos locales para apoyar a cada vez más inmigrantes”, declaró Millo. “En Aruba solo puedes obtener salud privada o por un seguro, y la salud es muy costosa, nosotros proveemos asistencia mínima y limitada en ciertas áreas de  cuidados”, recalca.

La ONG intenta sensibilizar a la población sobre el fenómeno de la migración

Por otra parte, aunque la isla abrió el proceso de vacunación contra el covid19 para todo tipo de residentes, el temor e incertidumbre de quienes están en situación ilegal también se hizo latente tras el llamado a ser vacunados.

“Aunque no hay prioridad para locales sobre inmigrantes y la vacunación se está haciendo en simultáneo según el grupo de riesgo, mucha gente está negada a proporcionar su información personal”, observa Millo. 

HIAS Aruba resalta el esfuerzo que está haciendo el gobierno de la isla por vacunar tanto a nacionales como a inmigrantes en situación irregular. Por eso, anima a los venezolanos y todo inmigrante a registrarse y  sumarse al plan para frenar la propagación del coronavirus a través de la inmunización.

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