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Piratería, mafias, narcotráfico y muertes: las costas venezolanas se han convertido en zona roja

El peligro es mayor para quienes intentan circular por las aguas del oriente del país, de acuerdo con la evaluación de la Organización Nacional de Salvamento (Onsa)

La Organización Nacional de Salvamento (ONSA) de Venezuela ha emitido una advertencia para los navegantes sobre los peligros de circular por las costas de los estados Sucre y Delta Amacuro, en el extremo oriental del país.

La alerta fue divulgada una vez procesada la información transmitida por las víctimas de un acto de piratería, ocurrido el 15 de septiembre en aguas cercanas a la población de Guiria (Sucre).

En esa oportunidad, los ocupantes de la nave Klinker, de 25 pies de eslora, fueron interceptados por cuarenta hombres, armados con fusiles de guerra, que se trasladaban en cuatro embarcaciones go fast, conocidas como peñeras.

ONSA presentó el mapa de riesgo para la navegación en Venezuela

Los piratas llevaron a una parte de sus cautivos a tierra firme, y de acuerdo con los testimonios recabados por la organización, allí mostraron una fosa común, donde supuestamente lanzarían los cadáveres de las víctimas que se niegan a acatar sus órdenes. En este caso, exigían un pago de 100 mil dólares americanos.

El velero había zarpado de Panamá y se dirigía hacia el Puerto de Natal, en Brasil. La información extraoficial indica que los piratas permitieron a sus rehenes continuar el viaje.

Silencio e impunidad

Este hecho llevó a ONSA a actualizar el mapa de riesgo para la navegación en Venezuela, que divulgan desde 2004. Las costas del extremo oriental venezolano, colindantes con Trinidad y Tobago, aparecen coloreadas con rojo, para indicar el área de máximo peligro.

Según el secretario general de esta asociación, vicecomodoro Luis Guillermo Inciarte, lo sucedido con los ocupantes de Klinker se une a otras evidencias, como testimonios de víctimas y el hallazgo de cadáveres de personas ultimadas a tiros en esos sectores, lo que hace sospechar la existencia de “grupos organizados”.

El portavoz aclaró que durante 2021 las autoridades no han recibido denuncias formales sobre actos de piratería en las costas orientales. Indicó que esta situación es consecuencia del temor y de la sensación de que las autoridades “no hacen nada”.

Las mafias tomaron esas zonas, y hay un silencio de la comunidad”, sentenció.

Según la Organización Marítima Internacional, entre 2017 y 2019 fueron reportados 19 actos de piratería o asaltos a embarcaciones en aguas venezolanas.

En el último reporte de este organismo, se indica que tales incidentes “pararon de forma abrupta en 2020 debido a las acciones de las autoridades”.

A pesar de esta aparente calma, la OMI recomienda que las embarcaciones “mantengan estricta vigilancia antipiratería y medidas especiales durante el anclaje”.

Según Inciarte, los hechos de piratería han continuado, aunque no lo refleje la estadística. Dijo que los ataques más frecuentes son contra las embarcaciones que van desde Sucre y Delta Amacuro hacia Trinidad.

“Cuando se lanzan a la mar, lo hacen con dólares porque van a comprar a Trinidad. Saben que esas embarcaciones van full de dinero, y al regresar vienen cargadas de mercancías”, explicó.

Sostuvo que la Armada debe tomar cartas en el asunto, haciendo acompañamiento a las embarcaciones que pretendan transitar por las aguas orientales. Una acción similar a aplicada por países europeos frente a las costas de Somalia, en el cuerno de Africa.

Mares de riesgo

En el último informe de ONSA, otras aguas de “alto riesgo” están en el Lago de Maracaibo, en especial en el sector frente al municipio La Cañada de Urdaneta.

Allí los piratas han llegado al punto en que atacan a las unidades de los cuerpos de seguridad. En abril de este año, una lancha de la Policía del Zulia naufragó con seis agentes a bordo tras la arremetida de delincuentes. Un reporte de esa institución indica que la única nave con la que contaban tuvo que ser reflotada días después.

Este es un corredor lacustre importante para acceder al Caribe desde el occidente del país.

En el caso de las aguas del estado Falcón, indicó Inciarte, predominan los actos de corrupción y de tráficos de varios tipos de mercancías, tanto legales como ilegales.

Cuando se trata de drogas, añadió, el traslado de los alijos se lleva a cabo mediante acuerdos entre grupos de Venezuela y de las islas del Caribe Neerlandés.

“A los novatos les ofrecen un pago. Pero luego de que llevan las drogas no les entregan nada, y los hunden con tiros en el abdomen para que no floten después. Recogen las drogas y no pagan”, indicó.

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