
Aruba: jugaban lotería con sorteos de Venezuela
Un pleito de más de 25 años se ventila en tribunales porque un vendedor de números se negó a pagar a una ganadora
Un viejo pleito entre un vendedor de loterías de Aruba y una mujer que le compró un número ganador llegó hasta el Tribunal Supremo de los Países Bajos, y ha obligado a reformular la legislación sobre este juego de azar.
Los protagonistas de esta historia aparecen referidos en varias decisiones judiciales tomadas a partir de febrero de 1989, cuando la mujer acudió por primera vez al Poder Judicial de la isla para obtener una sentencia que obligara al lotero a cumplir con su compromiso.
En los registros tribunalicios, los nombres de ambas partes no aparecen en forma explícita, debido a estrictas pautas de “anonimización”, aplicadas en los juzgados de los territorios del Caribe Neerlandés. Pero el caso ha tenido tal relevancia que ha sido objeto de análisis por afamados escritorios jurídicos de las islas. En un reporte publicado en septiembre del año pasado, el bufete BarentsKrans precisó que la reclamante se llama Frida Gómez, mientras que el lotero demandado es de apellido Ruiz.
Ambas partes tenían una afición en común: un popular juego conocido en la isla como Catochi. Pero en el momento en que Gómez obtuvo su combinación ganadora, no era una jugada legal. De acuerdo con lo explicado en una de las sentencias, los loteros de entonces recibían las apuestas contra los sorteos llevados a cabo en Venezuela o República Dominicana.

El conflicto comenzó a ventilarse públicamente cuando Gómez solicitó un embargo preventivo contra Ruiz por el equivalente a 82 mil florines. Al cambio actual, serían 45.556 dólares americanos.
La demandante argumentó que el receptor de apuestas se negó a pagarle un catoochi ganador.
A lo largo de estos años, el debate no se centró en el hecho de que la apostadora haya escogido la combinación acertada. Ruiz argumentó en su descargo que él no estaba obligado a cancelar el referido monto debido a que se trataba de un juego ilegal, o al menos que no contaba con el permiso requerido por las autoridades arubeñas.
Mala suerte
El proceso ha sido tortuoso, pues los bienes de Ruiz todavía permanecen embargados. El hombre ha intentado sin éxito dos apelaciones contra la medida decretada en 1989. Pero la mujer tampoco ha logrado que ese embargo se transforme en dinero contante y sonante.
El 16 de diciembre de 2024, se conoció un dictamen de la Fiscalía ante el Tribunal Supremo de los Países Bajos. Allí se reconoce la dificultad de fijar un criterio definitivo sobre este litigio. En principio, se consideraba que el catoochi carecía de legalidad y, por lo tanto, el contrato entre las partes debía ser considerado nulo. Esto dejaba sin efecto la demanda de la apostadora.
Sin embargo, el propio dictamen reconoce que este criterio ha cambiado con el tiempo, pues el gobierno de Aruba ahora promueve su propio catochi, a través de la Fundación Lotto pa Deporte. La Fiscalía calificó esto como una “política de tolerancia” hacia esta modalidad de lotería.
El debate sobre este caso continúa inconcluso, aunque las opiniones tienden a desfavorecer a la reclamante por haber participado en un juego que carecía de sustento legal. De allí que se basara en los sorteos efectuados en Venezuela y Dominicana.
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