Girigorie: “Primer ministro de Curazao se muestra en fiestas y karaokes, en lugar de liderar al país en momentos de crisis”
El parlamentario del Partido Alternativa Real sostiene que Pisas no ejecuta las reformas que necesita la isla por “miedo a las repercusiones políticas”, lo que pone en peligro la ayuda financiera que reciben 20 mil personas
Quincy Girigorie dice que el primer ministro de Curazao, Gilmar “Pik” Pisas, se comporta como un “avestruz”. “Tiene una falta de liderazgo enorme y ante las situaciones difíciles se esconde y pone a sus ministros a declarar”, afirma el parlamentario del Partido Alternativa Real (PAR), la principal fuerza opositora de la isla.
Girigorie considera que la llegada al poder de Pisas fue “bastante accidentada”, dado que dos de los ministros que propuso no pudieron jurar los cargos por haber tenido conflictos con la justicia en el pasado. “Ha habido fallos fundamentales y en lugar de liderar al país en tiempos de crisis, el primer ministro se ha mostrado en fiestas, cortando cintas y cantando en karaokes. No se ve su trabajo para liderar al país en este momento de crisis”, insiste.
El dirigente de PAR cuestiona el desempeño de los ministros de Salud, Dorothy Pietersz-Janga, y Finanzas, Javier Silvania. Sobre Pietersz-Janga, expresa que su negativa a vacunarse ha puesto en entredicho la política de inmunización que viene desarrollando el gabinete de Pisas contra el COVID-19. “Se sabe que ella ha aconsejado a la gente a no vacunarse, mientras que el gobierno sí llama a vacunarse. Eso genera dudas”, resalta.
En cuanto a Silvania, expone que ha anunciado medidas sin pedir la autorización del Parlamento. “Eso es ilegal”, advierte el parlamentario de la oposición en conversación con Crónicas del Caribe.
Crisis de confianza
En el marco de su campaña electoral, Pisas rechazó la aplicación del Cuerpo para las Reformas y el Desarrollo del Caribe (COHO), una instancia que se encargará de implementar las reformas legales y económicas en Aruba, Curazao y Sint Maarten y cuyas autoridades serán nombradas por La Haya.
Incluso, el líder del Movementu Futuro Kòrsou (MFK) sugirió que tenía un “plan B” para no depender de la ayuda que Países Bajos facilita a Willemstad, comentario que agrió las relaciones entre el nuevo gobierno curazoleño y su par neerlandés.
Sin embargo, al final, Pisas suscribió el COHO. Girigorie fustiga al primer ministro por provocar “una crisis de confianza” en las relaciones con el reino de Países Bajos y atender los problemas de la isla “de forma amateur”. “Ha cometido errores infantiles por falta de seriedad”, asevera.
El portavoz de PAR sostiene que Pisas apeló a una “campaña mentirosa” para ganar la elección, cuando aseguraba que tenía un “plan B” frente al COHO. Recalca que la tardanza en aceptar e implementar las reformas acordadas con La Haya, afectará en lo inmediato la ayuda económica que reciben unas 20 mil personas, principalmente desempleados y empresarios, para resistir los estragos de la crisis agravada por la pandemia.
Dar la cara
Girigorie exige que Pisas comparezca ante el Parlamento para que detalle sus planes. Subraya que en estos momentos “los problemas se acumulan”, pues el sistema de salud padece los efectos del recorte presupuestario. “Vamos a llamar al gobierno al Parlamento para que dé explicaciones. Estamos dispuestos a ayudar, pero si Pisas no respeta al Parlamento, nuestra democracia está en peligro”, alerta.
Para recibir el dinero de La Haya, el gobierno de Curazao debe llevar a cabo una serie de reformas en áreas como la regulación de las apuestas en línea, el sistema tributario y las leyes laborales. Girigorie admite que estas tareas están pendientes desde 2019, cuando su partido estaba en el gobierno con Eugene Rhuggenaath.
“Pisas es muy simpático, pero le cuesta tomar decisiones difíciles por miedo a las repercusiones políticas. En lugar de tomar decisiones, se esconde y no da información. La reforma que necesitamos no la inventó Holanda, son cosas que Curazao aceptó”, enfatiza.
El Parlamento de Curazao consta de 21 asientos. La alianza de Pisas, constituida por el MFK y el Partido Nashonal di Pueblo, controla 13, al tiempo que PAR cuenta con cuatro.
Buenas, pero insuficientes
Girigorie se desempeñó como ministro de Justicia bajo la gestión de Rhuggenaath. Al frente de ese despacho, trató regularmente con el Consulado de Venezuela en la isla y fue el responsable de velar por la política migratoria, sometida a presión por la llegada de miles de venezolanos.
El exministro manifiesta que mantuvo “muy buenas relaciones” con la representación diplomática de Caracas; no obstante, apunta que la crisis política y económica que sufre la República Bolivariana limitó la posibilidad de tomar decisiones.
“En 2018 fuimos a Aruba para conversar con ministros de Venezuela, pero no se avanzó. Tuvimos relación, pero no influencia en el manejo del gobierno venezolano. No pudimos influir en las decisiones que se tomaron, así que trabajamos sobre las consecuencias de los problemas sin atender sus causas”, argumenta.
Recuerda que la decisión de Nicolás Maduro de cerrar las fronteras con el Caribe Neerlandés, así como los problemas financieras del Consulado, obstaculizaron la organización de vuelos humanitarios entre ambos países.
“Tuvimos una buena relación con los guardacostas venezolanos para organizar acciones conjuntas, pero eso tuvo una duración corta. Las líneas de comunicación estaban abiertas, pero no se tomaban decisiones”, lamenta.
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