Migración

Curazao: arrecian las detenciones contra inmigrantes sin papeles en centros de trabajo

“Antes de llegar al trabajo lo primero que tienes que planear es por dónde te puedes escapar al momento de que llegue la policía”, cuenta un joven migrante venezolano

La mañana del martes 28 de septiembre funcionarios de la policía de Curazao ingresaron al complejo de apartamentos en construcción Vredenberg y arrestaron a 8 inmigrantes sin papeles.

La información la confirmó el agente Pichardo, quien anunció la activación de “grandes” controles de seguridad en estos espacios ya que aseguran que es allí donde laboran y se resguardan los indocumentados, en su mayoría venezolanos y colombianos.

“Actualmente se está trabajando para establecer más controles, porque se ha encontrado que muchos trabajadores indocumentados están empleados, especialmente en obras de construcción”, dijo.

Las imágenes difundida por la prensa local mostraban a ocho hombres esposados apunto de abordar una patrulla policial, que los llevaría al centro de detención para indocumentados Barak. Allí verificarían su estatus laboral y de no presentar un documento que indique el trámite de su proceso migratorio en el marco del “periodo de gracia”, serían deportados en el próximo vuelo de repatriación.

Pichardo agregó que el promedio de trabajadores ilegales en la isla es del 60%. Se trata de ciudadanos provenientes del sur de América, principalmente de Venezuela.

A pesar de no poseer con exactitud una cifra de la cantidad de extranjeros sin papeles, el funcionario recordó que las empresas que contraten a estas personas serán sancionadas con una multa tributaria de 4.000 mil florines (2.000 dólares) por cada empleado irregular, según estableció el Banco del Seguro Social (SVB)

 Incomprensión

¡Dejen trabajar, la gente lo necesita!”. Expresiones de este tipo se pudieron leer en redes sociales, tras el procedimiento de la policía. Otros afirman que donde “no hay extranjero, no hay progreso”.

Martiza Musart – nombre ficticio para proteger su identidad- aterrizó en la isla hace cinco años con el fin de establecerse con su hijo y rehacer su vida. Dejó sus pertenencias en Guacara, estado Carabobo, Venezuela.

En conversación con Crónicas del Caribe, la mujer de 50 años de edad explicó que imparte clases de repostería en su hogar para evitar ser deportada, puesto que su certificado de refugio otorgado por la Acnur no ha sido renovado. “Nos quedamos en el aire, nos olvidaron aquí”, dice. 

Para ella y su familia su estadía en la isla podría acabarse en cualquier momento. No tiene dinero para renovar su pasaporte venezolano y solicitar la residencia temporal. 

“No hay oportunidades para nadie, antes ofrecían empleos a las contratistas, pero ahora no y como están las cosas no le darán más trabajo a los indocumentados y a los venezolanos nos van a deportar”, asegura. 

Persecución

“El gobierno se ha dado la tarea de caerle a las contratistas. A veces vamos a trabajar a las 8 de la mañana y a las 9 nos avisan que la policía va a caer en el hotel o en la construcción donde estamos, tenemos que salir de ahí corriendo y perdemos un día completo de trabajo”, narra para Crónicas del Caribe, Danny Carrasquero, de 32 años de edad, oriundo de La Vela de Coro, estado Falcón.

Carrasquero llegó por avión a Curazao en 2018. El hecho de haber ingresado por vía aérea marca una diferencia frente a las autoridades curazoleñas. Quienes entraron en lanchas enfrentan más dificultades para legalizar su estatus en la isla.

“También han ingresado a las barberías de venezolanos, se llevan tanto a los que requieren el servicio como al mismo barbero”, agrega.

Vivir en zozobra y tramando vías de escape ante un posible operativo policial, es pan de cada día de los trabajadores. “Antes de llegar al trabajo lo primero que tienes que planear es por dónde te puedes escapar al momento de que llegue la policía”, admite Carrasquero.

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