El empleo privado en Aruba llevó la peor parte durante la pandemia
El descenso de la actividad hotelera y del turismo dejó sin puestos de trabajo a muchos, particularmente a migrantes y a contratados. El gobierno arubiano pidió apoyo al Reino de los Países Bajos para maniobrar la situación
Los trabajadores de Aruba han sentido los efectos de la pandemia por el covid19 que, como un vendaval, ha movido los cimientos de muchos de sus lugares de empleo, principalmente en el sector privado.
Al paralizarse la actividad aérea a nivel mundial, la isla comenzó a registrar una muy baja ocupación en hoteles y el turismo tuvo una importante caída. Según datos del Departamento de Labor, la caída en puestos de trabajo del sector privado se ubicó en un 25% en 2020.
El presidente del Sindicato Federación de Trabajadores de Aruba, Hubert Dirksz, señala que ese país, como casi todas las islas del Caribe que viven del turismo y sectores conexos, debió hacer ajustes para tratar de preservar los empleos.
“Aruba fue impactada muy fuerte cuando no llegaban los vuelos comerciales. Las habitaciones de los hoteles quedaron vacías. Esto afectó los ingresos de todos y una de las primeras decisiones fue despedir a los empleados que trabajaban como contratados. Allí rápidamente aumentó el desempleo y en pocos meses tuvo consecuencias, en mayor parte para los trabajadores migrantes”, detalla para Crónicas del Caribe.
Medidas de emergencia
Consultado sobre cuáles han sido las medidas que se han tomado para contrarrestar la crisis económica que han vivido los habitantes de Aruba por la caída del sector turismo, el vocero sindical resalta que son varias las acciones llevadas a cabo para atenuarla.
“Para contrarrestar esta crisis, el gobierno de Aruba se acercó al gobierno holandés. Holanda nos está ayudando con un préstamo de dinero para pagar el 60% del salario del sector privado y también a los empleados públicos que reciben casi el 100% de sus salarios y beneficios. La propuesta del gobierno era que todas las empresas registradas cubrieran 20% del salario, y cada trabajador contribuyera con el 20% restante que queda reducido del horario de trabajo”, explica.
Asimismo, indica que el gobierno ha propuesto a los sindicatos del sector público y a los institutos que reciben financiamiento del gobierno que den una contribución del 12,5% del salario, del cual un 5% va a un Fondo de Asistencia Social de Emergencia (FASE).
“Todos los desempleados que fueron afectados por la crisis, reciben de ese fondo FASE una suma de 542 dólares. También reciben una ayuda las compañías pequeñas y medianas que han sufrido pérdidas, ellas reciben 2.285 dólares cada tres meses”.
Dirksz detalla que el gobierno de Aruba solicitó a las compañías de la construcción que continuaran trabajando lo más que pudieran durante este período de crisis.
“Además, pidió a los bancos que dieran préstamos a las compañías que necesitaban fondos para invertir en la mejora de infraestructuras, especialmente del sector turismo. Así fue y pudieron mantener el empleo en el sector de la construcción y, a su vez, contribuir con el del turismo”, relata el dirigente sindical.
Indica que el gobierno hizo intentos para estimular sectores como la agricultura y la pequeña empresa, pero hasta el momento no han dado frutos, por eso siguen las pérdidas de puestos de trabajo en esas áreas.
Adicionalmente, precisa que los trabajadores del sector público han sufrido una reducción del 12,5% de sus salarios, medida que incluyó también a los políticos de la isla. El gobierno de Aruba solicitó a institutos que reciben subsisdio gubernamental que hagan el mismo descuento, pero el avance en este sentido marcha un poco más lento.
Diálogo y recuperación
Dirksz espera que la economía mejore, luego de que el virus esté controlado por la vacunación. Igualmente, aspira a que la situación económica de Estados Unidos se encamine para que una mayor cantidad de turistas de esa nacionalidad visiten la isla.
“La discusión fuerte que tenemos ahora es entre los empleadores, gobierno y sindicatos. Los empleadores están presionando para que los gobiernos de Aruba y los Países Bajos introduzcan cambios y reformas en leyes laborales, denominadas flexibilización, para así reducir la cantidad de empleados con salarios y beneficios altos. Parte de las condiciones de La Haya para que Aruba reciba ayuda es la exigencia de adelantar una flexibilización, pero que será discutida en un diálogo social laboral tripartito entre empleadores, gobierno y sindicatos”, describe.
Aruba firmó con el Reino de los Países Bajos un paquete para poder recibir ayuda económica y financiera. “Acordaron que será instituido un órgano Caribeño-Holandés de Reforma y Desarrollo que dirigirá la ejecución de todas las condiciones en los aspectos financieros, mejoramiento del sector público, sistemas de impuestos, reforma económica, cuidado y salud, educación y fortalecimiento del Estado de Derecho en las islas”.
Largo camino
Dirksz comenta que al principio muchos pensaban que la situación causada por la pandemia duraría unos tres o cuatros meses, pero no fue así. Ya se cumple un año en medio de la inusual circunstancia.
“La pandemia afecta a Aruba y a la clase trabajadora en todas las formas, principalmente a quienes trabajan en el sector privado de hotelería”, destaca.
El dirigente sindical recuerda que en junio de 2020 fue reabierta la posibilidad de que llegaran vuelos a la isla y comenzaron a arribar turistas, pero muy pocos en realidad. “Las habitaciones de hoteles tuvieron, en promedio, una ocupación de un 25%”, a partir de la reapertura de vuelos hacia Aruba.
Dirksz apunta que en ese país caribeño, de aproximadamente 110.000 habitantes, los contagios se consideraron altos, a pesar de todas las medidas de bioseguridad que se tomaron.
En Aruba ya han vacunado a unas 11.000 personas y está previsto que superen la cantidad de 20.000 en unas semanas.
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