El flujo de migrantes venezolanos a Curazao “no va a parar”
La política de detenciones y deportaciones no ha mitigado la llegada de personas que huyen de la crisis que sacude a Venezuela, indicó el comisionado de la OEA David Smolansky
Al finalizar una huelga de hambre de cuatro días, la situación de los venezolanos detenidos en Curazao por haber emigrado a esa isla en condiciones irregulares no ha tenido grandes mejorías.
Según la directora de Human Rights Defense Curazao, Leteke Inchi Witteveen, las autoridades solo limpian las celdas del centro de detención Barak cuando saben que habrá visita de algún abogado. Una vez finalizada la huelga, también fumigaron las instalaciones para impedir el acoso de los zancudos.
Pero no ocurrió mucho más. Los procesos no se agilizaron y, según Witteveen, el gobierno curazoleño no ha desistido de su interés por expulsar a estos venezolanos.
La portavoz de Human Rights Defense Curazao apunta que en la isla hay veinte detenidos por intentar permanecer allí sin documentos. Están dispersos en varios centros de reclusión. Señala que el líder de la protesta en Barak, Douglas Moreno, fue transferido a otra prisión.
Según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en Curazao hay aproximadamente 17.000 venezolanos en situación irregular. Pero el comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para los Migrantes y Refugiados Venezolanos, David Smolansky, sostiene que la cifra podría llegar a 26.000. En consecuencia, la primera minoría en la población inmigrante de la isla es de origen venezolano y representa cerca del 15% del total de la población.
Smolansky explica que las mayores oleadas llegaron a Curazao entre los años 2018 y 2019. En 2020 disminuyó debido al cierre de las fronteras y la cuarentena impuesta a propósito del covid19. Pero nunca cesó por completo.
“El flujo de personas a la isla no va a parar. La mayoría de estos emigrantes sale del estado Falcón. Creo que el gobierno de esa isla está desperdiciando una gran oportunidad (…) Es una población que puede tener un impacto muy positivo en la industria del turismo”, afirma el comisionado.
Alta vulnerabilidad
Witteveen recuerda que los casos de emigrantes venezolanos detenidos en Curazao han sido elevados a la Corte Europea. Eran personas que abandonaron el país huyendo de la crisis humanitaria y, en algunos casos, de la persecución política. En su criterio, se trata de personas en situación de alta vulnerabilidad, pues ni siquiera gozan de derechos efectivos para acceder a los sistemas de salud y educación.
“Llevamos este caso de 31 personas ante la Corte Europea. Pero las condiciones en las que estaban eran tan difíciles que se dejaron deportar”, recuerda.
En la actualidad, dos militares que huyeron del régimen venezolano están detenidos en la isla. Uno desertó del Ejército y el otro de la Armada. Según la directora de Human Rights Defense Curazao, se trata de personas que no pueden ser devueltas a su país de origen, pues “temen que los encierren y los torturen”.
Luego de la huelga de hambre de los presos, el primer ministro curazoleño Eugene Rhuggenaath reveló en una entrevista para un medio local que tenía la voluntad de regularizar la situación de los inmigrantes ilegales, quienes en su mayoría son de nacionalidad venezolana.
No obstante, indica Witteveen, durante una reunión con representantes de organizaciones civiles esa misma semana, el funcionario dio marcha atrás, y manifestó que este anuncio “debía pensarse mejor”.
“Está claro que no hay una planificación ni siquiera para llegar a la entrega de permisos temporales para los indocumentados, y que todavía no existe un registro”, cuestiona la activista.
Según Smolansky, este problema afecta a todo el Caribe Neerlandés, así como a otras islas de la cuenca del Caribe, en las que han buscado refugio cerca de 230.000 venezolanos.
“La recomendación principal que hicimos al gobierno de esa isla, y que no han adoptado, es que hagan un registro de los inmigrantes venezolanos, lo que les permitirá regularizar su situación e integrarse a esa sociedad”, concluye Smolansky.
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