Migración

“Debes tener dos ojos en la espalda por si viene una patrulla”: La odisea de los migrantes para trabajar legalmente en Curazao

Trámites engorrosos, costosos y requisitos difíciles son las principales trabas para quienes aspiran a laborar de manera formal en la isla

Alexander Mercedes -nombre escogido por el declarante para proteger su identidad- es un dominicano que trabaja en un establecimiento de servicios de cuidado personal en Curazao.

Mercedes comparte con Crónicas del Caribe lo engorroso que resulta para cualquier inmigrante tramitar un permiso de trabajo en la isla.

Y hace especial énfasis en que, aunque el trámite es complicado para cualquier no nativo en Curazao, lo es aún más para los venezolanos.

“Lo primero que tienen que hacer es sacar papeles, apostillados y legalizados y traerlos de Venezuela. Además, tienen que tener pasaporte vigente, de unos seis meses de vigencia”, cuenta.

Este requisito para ciudadanos de un país en el que los trámites ante el Saime (Servicio Administración de Identificación, Migración y Extranjería venezolano) son tan engorrosos y lentos resulta todo un peregrinar. 

La Ordenanza Nacional de Admisión y Expulsión (Landsverordening Toelating en Uitzetting, LTU) es el principal cuerpo de leyes de inmigración que se aplica en Curazao. Estipula que las personas que deseen permanecer en la isla más allá del plazo de 90 días  permitido para los turistas deben solicitar un permiso de residencia.

Cabe destacar que el permiso de estadía en Curazao solo será aprobado cuando el Ministerio de Desarrollo Social, Trabajo y Bienestar haya dado el visto bueno al permiso de trabajo. 

En circunstancias regulares, incluso, el solicitante debe esperar fuera de la isla a  que se le apruebe el permiso de estadía.

Y antes de que sea aprobado el permiso para trabajar en Curazao, el departamento autorizado hace una búsqueda para verificar si el puesto al que se postula el solicitante extranjero no puede ser ocupado por un trabajador curazoleño

Si la búsqueda arroja que hay empleados locales que pueden asumir ese puesto de trabajo, la solicitud de permiso de trabajo es rechazada, aunque el trabajador foráneo haya encontrado quien lo emplee. 

Además, quien lo solicita debe contar con un contrato laboral válido y la empresa debe cumplir con los requisitos exigidos por las autoridades. No se permite tramitar el permiso de trabajo antes y buscar empleo después. 

En Curazao, según precisa el informante consultado, para tramitar los permisos de trabajo casi siempre se debe desembolsar entre 400 a 500 dólares a un gestor. Esta cifra es adicional a los pagos que se deben hacer ante los entes oficiales.

“Esa persona te mete los papeles (…) El permiso de estadía cuesta 650 florines (358 dólares estadounidenses aproximadamente)  y el permiso de trabajo cuesta 1.000 florines (550 dólares estadounidenses aproximadamente), es un cobro obligatorio del gobierno”, detalla. Ambas cifras suman más de 900 dólares.

Pero, ¿por qué se tiene que atravesar el puente de una gestoría o asesoría de un tercero? ¿por qué se debe incurrir en un costo adicional al estipulado por el gobierno?

“Es que esa es la gente que te agiliza el trámite, sabe leer cada papel que te mandan y saben lo que se tiene que hacer. Es mejor acudir a un gestor o asesor para ir sobre seguro, porque acá hay muchas mañas o trucos. Cualquier cosa en la que falles, perdiste tu dinero; una falla o imprecisión en un papel, puede hacer que pierdas la posibilidad de obtener el documento y que pierdas la plata”, añadió.

Además de lo engorroso y costoso del trámite, el permiso de trabajo en Curazao no es indefinido. Tiene una vigencia de apenas un año.

El gobierno de Curazao despliega campañas para promover el plan de Integración Responsable

“Y, entonces, debes renovarlo cada año. Después de diez años, es que aplicas para un pasaporte, pero debes saber hablar holandés”, agrega Mercedes.

Luego del quinto año de permiso de trabajo, el tiempo de vigencia del documento aumenta a dos años, hasta que finalmente dura tres años. 

“Ponerse legal es casi imposible. Es muy caro, es muy poco tiempo, sacan a todos del trabajo, ¿cómo quieren que uno pague eso? ¿Con qué?”, señala a Crónicas del Caribe un ciudadano venezolano en Curazao bajo condición de anonimato.

Sobreviviendo y ocultos

La opción para miles de indocumentados es sobrevivir y  trabajar sin el permiso legal, lo que los deja a merced de la persecución y deportación.

Los migrantes indocumentados son buscados aún en sus sitios de trabajo por las autoridades. No importa que estén produciendo para un país que les da pocas oportunidades para regularizarse y trabajar legalmente.

El primer ministro Pisas señala que Curazao no tiene la capacidad para admitir a todos los migrantes

El venezolano residente en Curazao que conversó con este medio y que prefirió que su identidad fuese protegida narra que, hace pocos días, dos personas conocidas fueron detenidas y están en la amarga espera para ser devueltas a Venezuela.

“Los encontraron trabajando. Acá a la gente que dañan, a la que buscan para meterla presa y sacarla de la isla, es a la que trabaja. Vamos a estar claros, hay gente mala, lo único es que acá no llegó tanta gente mala de Venezuela como se fue a otros países. Pero esos malos que llegaron andan por allí, portándose mal, y no pasa nada. Ahora, si estás trabajando, debes tener dos ojos en la espalda por si viene una patrulla, o tratar de esconderte o salir rápido para que no te vean en el sitio”, expresa.

Una vez que un inmigrante es expulsado de Curazao, le queda prohibida la entrada por los próximos tres años. Eso significa que muchas familias quedan fragmentadas en el camino ante la imposibilidad de reunificarse en el corto plazo.

La ofensiva para limitar la contratación de indocumentados se ha enfocado recientemente contra los empleadores.

Medios locales reseñan las medidas tomadas contra quienes contratan indocumentados

El 14 de agosto pasado, Angelo Pichardo, inspector de la Oficina de Contadores Fiscales (SBAB, por sus siglas en inglés)  ratificó que el gobierno tomará medidas enérgicas contra empresarios que contraten a extranjeros sin permisos de trabajo. “De esta manera, los trabajadores de Curazao no tienen ninguna oportunidad”, declaró a los medios tras finalizar un procedimiento sorpresa en un proyecto de construcción local, en el que había 16 trabajadores no nacidos en la isla. La mayoría, según Pichardo, no tenía permiso de trabajo.

Los empleadores “infractores” podrían ser multados hasta con 4.000 florines (unos 2.200 dólares estadounidenses) por el Banco del Seguro Social (SVB) por cada empleador irregular encontrado.

Por su parte, la multa que impondrá el Ministerio de Trabajo será aún más elevada y podría alcanzar hasta los 100.000 florines (más de 55.000 dólares estadounidenses).

Además, en las inspecciones, los entes de gobierno podrán reclamar impuestos atrasados ​​por el período en el que un empleado ilegal haya trabajado para cualquier compañía.

¿Integración “responsable” o “imposible?

El pasado mes de marzo, el gobierno de la isla anunciaba un plan “Integración Responsable” como la panacea para solucionar la condición de irregularidad de miles de migrantes que llegaron de forma legal a la isla pero que, por diversas situaciones, habían perdido ese estatus con el paso del tiempo.

El estatuto permite la tramitación de una residencia temporal y amplía la protección contra la deportación hasta el 22 de septiembre de 2021. 

El permiso no era tan amplio ni tan inclusivo como lucía desde el discurso oficial. Solo podían aspirar a obtenerlo quienes ingresaron legalmente a Curazao antes del 13 de marzo de 2020 y excluía al grueso grupo de venezolanos que han llegado a ese territorio por la vía marítima.

La oficina de Inmigración de Curazao enumeraba en su los requisitos para solicitar la residencia temporal en Curazao (unos generales y otros específicos en función del motivo por el que se solicita el permiso), que se enfocan en la capacidad económica del solicitante.

Los centros de trabajo están en la mira de las autoridades que persiguen a migrantes

Todo solicitante debía consignar, entre otros recaudos, un comprobante de pago por los permisos correspondientes, un pasaporte válido, un certificado de nacimiento con no más de dos años de expedido y una declaración en la que el empleador actúe como garante.

La ley local establece que la compañía, en teoría, debe asumir el costo del permiso de trabajo, pero en la práctica, es el trabajador quien lo paga por necesidad.

Las condiciones restrictivas para aplicar al plan solo abría las puertas a la regularización a unas 4.000 personas indocumentadas. Se calcula que más del doble de ese número (9.000 personas aproximadamente) están en situación ilegal en Curazao.

Las postulaciones para formar parte del programa de integración responsable se abrieron desde el 22 de marzo de 2021.  El proceso de análisis y decisión final sobre quién podía ser favorecido con el programa tras la introducción de los papeles y de los pagos correspondientes podía tardarse hasta seis meses, según advirtió el gobierno en un primer momento.

El pasado 25 de agosto, un grupo de casi 300 venezolanos entregaron una carta al propio Gilmar Pisas con el fin de solicitar que relaje las condiciones para su proceso de legalización. 

Un grupo de migrantes solicitó al primer ministro Pisas facilitar el proceso de legalización

Alegaron que seis meses son insuficientes para poner en orden sus documentos debido a la burocracia reinante en Venezuela. Explicaban que pueden tardar entre dos a cinco meses para obtener documentos requeridos para las solicitudes, como un pasaporte vigente.

Añadieron que, para solicitar un permiso de residencia temporal, requieren un seguro médico y de vida “con una prima anormalmente alta” y que un empleador no siempre quiere garantizar o, incluso, hacer que el migrante firme para no pagar cotizaciones sociales.

“Una gran proporción de inmigrantes venezolanos no ha podido obtener un acta de nacimiento sellada y un nuevo pasaporte o renovación del consulado venezolano», se lee en la carta.

Por esta razón, instaron al gobierno de Curazao a reducir a la mitad los costos para la tramitación del permiso de residencia temporal y del permiso de trabajo y que se deje de utilizar intermediarios, especialmente al tratarse de venezolanos, que se encuentran en posición especialmente vulnerable.

En redes sociales, es común que los venezolanos abran debates sobre la imposibilidad de regularizar su situación en Curazao.En los mensajes, es recurrente observar que se quejan del precio de los trámites y que clamen a las autoridades que tengan consideración con la situación de los ilegales que desean trabajar y surgir en la isla.

Inmigrantes expresan sus inquietudes en las redes sociales
Los costos de los trámites son un quebradero de cabeza para quienes buscan los papeles

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